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Arzu se marcha pidiendo perdón y apunta al Mönchengladbach alemán

"Estoy profundamente orgulloso de la afición", dice el nazareno en su despedida.

el 25 ago 2011 / 11:57 h.

Arzu sostiene su brazalete de capitán enmarcado junto al presidente, Miguel Guillén. A ambos lados, Rafael Gordillo y José Antonio Bosch.

Arzu puso ayer el punto y final a su vida en el Betis, más de década y media que hace del centrocampista de Dos Hermanas uno de los futbolistas que más veces defendió el escudo de las trece barras. Sólo en Primera División (200 partidos exactos) es el decimoctavo hombre en el ranking histórico del club. "Nuestro capitán", así lo llamó Rafael Gordillo, se marchó con sentimiento y elegancia, con los ojos casi llorosos y la voz entrecortada. Y, sobre todo, disculpándose ante la afición "por lo malo" que quizá haya hecho en momentos puntuales de una relación muy larga y muy controvertida que acabó por desgastarlo, como ocurre en cualquier pareja desde que el hombre es hombre. Se terminó su ciclo en Heliópolis y ahora le espera otro lejos de aquí, casi seguro en la Bundesliga, porque resulta que Arzu está muy cerca de alcanzar un acuerdo con un histórico del fútbol alemán y europeo: el Borussia Mönchengladbach . Y además marcha líder del campeonato germano después de tres jornadas, así que no está nada mal el salto. Mejor que Turquía, su otra gran opción.

A la espera de confirmar su marcha a un equipo donde coincidiría con el venezolano Arango (ex del Mallorca), Arzu protagonizó ayer su último acto como jugador del Betis. "Es un momento muy importante y muy difícil para mí. Lo primero es agradecer al Betis que me haya dado la oportunidad de despedirme. Soy una persona de pocas palabras y me cuesta exteriorizar mis sentimientos, pero desde que supe en junio que tenía la posibilidad real de irme he vivido muchas sensaciones muy emotivas", fue confesando el canterano a trompicones, con la mirada vidriosa y tosiendo de frase en frase.

"Llevo muchos años aquí y he vivido momentos buenos, malos y regulares que me han hecho madurar mucho y rápido. Estaré eternamente agradecido al Betis", continuó diciendo el ya excentrocampista verdiblanco, que a partir de ese momento habló de su gran cruz: la afición. Y fue entonces cuando su despedida adquirió un tono elegante. "También quiero pedir perdón a la afición por lo malo que yo haya podido hacer. Estoy profundamente orgulloso de la afición que he tenido", proclamó.

Arzu también quiso dar las gracias a las personas que más le han apoyado desde que su relación con la hinchada se torció del todo, a raíz de aquella celebración de un gol frente al Almería en la antepenúltima jornada de la campaña del descenso (2008-09), y también a quienes más le han ayudado a lo largo del último mes, en el que estuvo entrenándose con Mel al mismo tiempo que su entorno negociaba la rescisión de su contrato. Igualmente aprovechó la coyuntura para enviar un mensaje a los recién llegados, los fichajes: "Que disfruten de Sevilla y se empapen del Betis. No se les olvidará nunca". Tampoco a él, claro. "Vaya donde vaya, llevaré al Betis en mi corazón. ¡Mucho Betis!", concluyó.

LA DEUDA PENDIENTE

La libertad de Arzu, cuyo contrato era uno de los más costosos de la plantilla después de la mejora que le hizo Manuel Ruiz de Lopera (años después de prometérselo, por otra parte), supondrá para el Betis un desembolso de unos 800.000 euros y un ahorro próximo al millón, que no está nada mal. Hay que tener en cuenta que Arzu, de haber seguido en el club de Heliópolis, habría cobrado 1,8 millones en las dos temporadas que le quedaban de contrato. Las cuentas, sin embargo, no acaban ahí, ya que el club aún tiene una deuda pendiente con el jugador, en concreto 585.000 euros que están recogidos en el concurso de acreedores porque son anteriores a la entrada de la entidad en la ley concursal.

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