La cifra de nueve muertos como resultado de un accidente sufrido por un grupo de montañeros de varias nacionalidades en el K2, la segunda montaña más alta del mundo, parece confirmada, aunque no se descarta que haya más.
En palabras de Alfredo García, miembro de la expedición española 'K2-Broadpeak', uno de cuyos integrantes, Alberto Zerain, hizo cumbre en el K2 y descendió hasta el campo base poco antes del accidente, los fallecidos serían un montañero serbio, uno noruego, tres coreanos, dos sherpas nepalíes y dos porteadores de altura pakistaníes.
Podría haber más fallecidos. Varios montañeros están descendiendo la montaña en condiciones muy precarias.
El optimismo surgido tras el rescate del alpinista holandés Wilco van Rooijen el domingo, se ha truncado de golpe con el nuevo cálculo de fallecidos.
En el momento del accidente, los alpinistas descendían por una peligrosa pendiente conocida como el Cuello de Botella a cuatrocientos metros de la cima que se encuentra a 8,611 metros sobre el nivel del mar, lo que convierten al monte en el segundo pico más alto sobre la superficie del planeta y, para los expertos, en el más peligroso de coronar.
García informó de que aún no se tienen noticias sobre otro alpinista francés y uno irlandés, pero sí de que un italiano que sufre congelaciones de gravedad está siendo ayudado a bajar y atraviesa una situación muy complicada.
El montañero español explicó vía telefónica desde el campo base, a 4.900 metros de altitud, que el accidente se produjo por el desprendimiento de un bloque grande de hielo, que mató a un expedicionario y arrastró una cuerda fija.
Un grupo de entre 25 y 30 escaladores que estaba por encima de ese punto, según dijo García, se quedó entonces aislado y con muy pocas posibilidades de hacer un descenso seguro.
Los seis miembros de la expedición española que afrontaron la escalada al K2 se encuentran a salvo y hoy lunes emprenderán el viaje de regreso a España, junto con dos compañeros que habían renunciado al asalto a la segunda cumbre más alta del mundo por pequeños problemas de salud.
El riojano Alfredo García, hizo cumbre el pasado jueves, y admitió que se jugaban "todo a una carta", cuando todavía no se habían enfrentado a la tragedia. "Sólo había ese momento para intentarlo y salió bien", comentó.
