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Asesinos, machistas y violentos

Los hombres que matan a sus parejas o ex parejas ni están locos, ni son drogadictos ni alcohólicos, sino que actúan con premeditación y plena conciencia, y son extremadamente violentos, según un estudio del Grupo de Expertos en Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

el 15 sep 2009 / 04:22 h.

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Los hombres que matan a sus parejas o ex parejas ni están locos, ni son drogadictos ni alcohólicos, sino que actúan con premeditación y plena conciencia, y son extremadamente violentos, según un estudio del Grupo de Expertos en Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Tras analizar 147 sentencias sobre violencia machista, dictadas por los tribunales del jurado entre 2001 y 2005, el estudio concluye que el alcohol, las drogas o las alteraciones psíquicas sólo han sido atenuante del delito en el 8,8% de los casos.

El informe concluye que el maltratador suele ser un varón extremadamente violento, de entre 30 y 45 años, que actúa con premeditación y plena conciencia y que suele agredir a la mujer por la noche, especialmente entre las nueve y las dos de la madrugada, franja horaria que acumuló el 35% de los homicidios.

En ocho de cada diez asesinatos, el agresor utilizó un sólo procedimiento de ataque (puñaladas, por asfixia o tirando a la víctima por un balcón) y el resto, combinó dos y hasta tres tipos de agresión para acabar con la víctima. Del total de sentencias analizadas, sólo una absolvió al acusado, además, según el CGPJ, en 55 de los homicidios que han sido examinados, el agresor utilizó sus propias manos y mató a su víctima estrangulándola, con objetos contundentes, precipitación o sumersión.

En cuanto al grado de violencia, el informe explica que en los casos en los que se ha asesinado con un arma blanca, el autor apuñala una media de dieciséis veces, lo que denota "brutalidad de la acción".

Último caso. El caso de Noureddine Sourroukh, el marroquí acusado de asestar 18 puñaladas a su mujer Khadija Nejjar, hallada muerta en la bañera de su vivienda en Roquetas de Mar (Almería) en septiembre de 2006, es un claro ejemplo del estudio.

El sujeto no presentaba ninguna alteración de sus capacidades cognitivas y volitivas y se mostraba "lúcido y coherente" según se han afirmado en la segunda sesión del juicio por el procedimiento de jurado que se celebra en la Audiencia Provincial las peritos que efectuaron el informe psiquiátrico del imputado.

La defensa pide el sobreseimiento de la causa al considerar que su cliente no participó en la muerte de Khadija y al subrayar que éste presenta un supuesto trastorno mental que él mismo trató de acentuar en su declaración, en la que aseguró no recordar haber tenido nunca mujer y dos hijas.

Frente a esta versión, las peritos han asegurado que Noureddine no presentaba alteración conductual alguna más allá del estado depresivo derivado de lo ocurrido, además de afirmar que el psiquiatra que le practicó el primer examen de urgencia dictaminó que mantenía un discurso incoherente "manipulado" en función de sus intereses.

De acuerdo con el informe, la agresión se llevó a cabo en horario nocturno, sobre las 23:00 de la noche, y el agresor utilizó un sólo procedimiento de ataque, asestó 18 puñaladas a la víctima que pereció desangrada en la bañera.

La sesión, a la que hoy seguirá una última, ha culminado con la declaración de los policías locales que arrestaron al acusado, al que le consta una detención en 2005 por maltrato así como cuatro denuncias, dos días después del hallazgo del cadáver y tras efectuar una llamada telefónica a su suegra en Marruecos para confesarle el crimen y amenazar con más muertes en la familia.

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