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Así está el Hospital Militar tras gastar en él 30 millones

La Junta logró que Defensa le cediera en 2004 el hospital tras años reclamándolo. Prometió abrirlo en 2006. Luego en 2012. Ya no hay fecha.

el 29 sep 2014 / 17:29 h.

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  HospitalMilitar0023 MÁS FOTOS DE SU ESTADO ACTUAL   Mucho se ha debatido esta pasada semana sobre el antiguo Hospital Militar de Sevilla, después de que el Servicio Andaluz de Salud (SAS) trasladase por sorpresa al Virgen de las Nieves de Granada los equipamientos que llevaban siete años almacenados en el Vigil de Quiñones, a la espera de ser instalados en este centro, que suma ya una década cerrado, desde que Defensa se lo transfirió a la Junta. Pero más allá de este caso, que ha logrado unir a todos los grupos del Ayuntamiento y la Diputación –incluido el PSOE– contra la Consejería de Salud, a la que exigen que reabra esta infraestructura sanitaria, ahora es el pésimo estado de conservación del recinto, que fue entregado en perfectas condiciones, lo que plantea dudas sobre la gestión pública en estos dos lustros. Como demuestran las imágenes de este reportaje, no parecen haber servido de mucho los más de 30 millones invertidos hasta ahora por la administración regional. Cualquiera que se acerque a la zona, en Bermejales, comprobará que el inmueble principal permanece vallado por la constructora, que mantiene un vigilante para el escaso material de albañilería que aún queda allí. Para el resto del espacio, elSAS dispone de un agente de seguridad. Pese a estas medidas, nada ha impedido el progresivo deterioro del edificio principal, abandonado a su suerte desde que se frenaron en seco las obras por la falta de fondos en 2011. En el interior del complejo, el tiempo parece haberse detenido. Las antiguas habitaciones, las salas de espera, la recepción, las Urgencias... todo permanece a medio terminar, con los techos desmontados, los cables al aire, las tuberías a la vista, escombros y cascote amontonándose en cualquier esquina, ventanales tapiados, jaramagos devorándolo todo, bloques de ladrillos apilados, contenedores repletos de lámparas del antiguo Militar y otros muchos ejemplos que prueban que elVigil de Quiñones no volverá a abrir a medio plazo. Este es el estado del Hospital Militar. / J. M. Paisano Este es el estado del Hospital Militar. / J. M. Paisano En junio se cumplió una década desde que Defensa cedió a la Junta este hospital –el segundo de sus características más importante de España–, para su incorporación supuestamente inmediata al SAS. El Gobierno andaluz había hecho bandera de esta demanda, convirtiéndola en un símbolo más de aquella época de confrontación entre las dos administraciones. Las hemerotecas aún recuerdan cómo en 2002, el entonces consejero de Salud, Francisco Vallejo, criticaba la actitud del ministerio delPP, que le pedía 36 millones por el complejo, queriendo hacer «un negocio inmobiliario», según decía. Él ofrecía seis, que era lo que calculaba costaría hacer un hospital nuevo. Finalmente, se llegó a un acuerdo en junio de 2004, por el que la consejería pagó esos seis millones, mientras que elAyuntamiento aportaba contraprestaciones urbanísticas valoradas en 28,6 millones. La Junta lograba así el Vigil de Quiñones para descongestionar la atención sanitaria enSevilla con un inmueble de 12 plantas y 83.000 metros cuadrados con la tecnología más avanzada, cafeterías, helipuerto, cirugía experimental, 240 habitaciones individuales, 750 camas y cinco quirófanos. El convenio lo firmó la siguiente consejera de Salud, –ahora de Hacienda–, María Jesús Montero, que anunciaba que antes de reabrir el centro se acometerían obras de adaptación, por valor de 23 millones, que durarían sólo 18 meses, de modo que en 2006 el hospital funcionaría con capacidad para 30.000 intervenciones al año, 31 consultas especializadas, una comunidad terapéutica, el centro de salud de Bermejales –sí abrió en 2006–, un hospital de día y 200 habitaciones individuales. Poco de este ambicioso plan se cumplió. De hecho, hasta 2009 no se iniciaron las primeras obras. Aquel año la Junta informaba de un incremento de los costes, que pasaron de 23 millones a 32,6. Dos años después, en 2011, Salud volvía a aumentar la cifra a 54,6 millones, de los que hasta entonces decía que había gastado 27 millones –que junto a los seis que pagó por la compra superan los 30 millones–. La nueva fecha de apertura prevista era finales de 2012. Tampoco pudo ser. A finales de 2011 se conocía que la constructora paralizaba las obras por falta de pago de la administración. La crisis. Sólo se puso en marcha el hospital de día, la comunidad terapéutica de salud mental, el centro de salud y la sede del Distrito Sanitario. Sumando esta inversión, sí rentabilizada, el gasto hasta ahora asciende a 46 millones. La pasada semana, cuando la actual consejera del ramo, María José Sánchez Rubio, defendía el traslado de los equipos delVigil de Quiñones a Granada, aprovechaba también para enfriar las esperanzas de que en 2015 se retomen los trabajos, dejando claro que no se incluirán en los presupuestos del próximo año. «En 2012 hubo una serie de obras que se paralizaron, porque la situación no nos permitía seguir. Abordaremos este hospital cuando vayamos pudiendo presupuestariamente», afirmó. Pero Sánchez Rubio fue más allá. A su juicio, se deben priorizar las infraestructuras «que están más avanzadas y que tienen personas sin atender», llegando a aseverar que no es el caso de Sevilla, donde «toda su población está atendida en unos dispositivos magníficos en los distintos hospitales de la ciudad y provincia», unas palabras que no sólo dejan abandonado este edificio, sino también los argumentos que la Junta esgrimía hace diez años.

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