Se llama Fernando Alonso y es, como su homónimo de Ferrari, más que un piloto. Es el responsable de los ensayos en vuelo del A400M, que ya se encargó de los del superjumbo A380. Junto a él, Ignacio Lombo, que se sentará en la cabina de mando. Serán protagonistas del primer despegue del avión que se monta en Sevilla.
El primer A400M enfila sus últimas semanas en la línea de ensamblaje de San Pablo. En noviembre concluirá la fase de producción y comenzará los ensayos previos a su primer vuelo. Es el próximo hito industrial que afrontará la aeronave y del que dos de sus protagonistas compartieron ayer algunos detalles.
Fernando Alonso, responsable de los ensayos en vuelo del A400M -y que ya desempeñara estas tareas en el gigante A380 de Airbus-, será el encargado de controlar desde tierra el primer despegue del avión militar. Y, desde la cabina de mando, Ignacio Lombo, lo será de pilotarlo. Junto a él, como segundo de a bordo, se sentará el británico Ed Strongman.
Completarán la tripulación tres ingenieros y un mecánico, aunque detrás hay un equipo que supera el centenar de personas. Y, emulando la carga, bidones llenos de agua como en el A380.
La fecha del vuelo sigue siendo la gran incógnita, pero lo que está claro, aseguran, es que no se hará hasta que no haya una certeza absoluta de que el avión está preparado. "Nadie tiene más ganas de volar que nosotros, pero no haremos nada que pueda poner en riesgo la seguridad de ese primer vuelo".
Cuando salga de la línea de producción, el avión se someterá a diversos ensayos, desde la puesta en marcha de los equipos y sistemas, hasta pruebas estáticas de los motores para pasar a rodajes por pista a baja, media y alta velocidad, explican.
Los resultados serán analizados y, cuando sea necesario, corregidos. "En los ensayos buscamos los problemas y, cuantos más encontremos, mejor, porque así se los evitamos al cliente", indica Alonso, que precisa que Sevilla compartirá con Toulouse los ensayos -en concreto, sobre cinco aparatos- y también sus resultados. En Sevilla se someterá a pruebas de calor, de ruido y mediciones como el consumo del avión o las distancias de despegue, que se desarrollarán en Morón.
Sí es seguro -y para ello la compañía se está coordinando con el centro de control aéreo y las autoridades militares- que el primer A400M despegará y aterrizará en San Pablo, para lo que habrá que cerrar el aeropuerto diez minutos antes y después del despegue "por si hubiera una emergencia, dar media vuelta", y unos 15 o 20 minutos antes del aterrizaje. Además, contarán con el apoyo de la base de Morón, por si fuera necesario.
Pero, y en el hipotético caso de que salga algo mal, ¿hay diseñado un plan B? "En nuestra profesión siempre tenemos que anticiparnos, pensar y estar preparados para saber qué hacer y prever las variables de fallos. En un vuelo de ensayo nunca, nunca, nunca puedes improvisar", asevera Alonso.
Claro que Ignacio Lombo acumula en los últimos dos años cientos de horas en un simulador de desarrollo del A400M en Toulouse, en el que repasa errores que pudieran producirse. Y es que siempre ha de primar la prudencia.
Si no, que le pregunten a Fernando Alonso, que en el vuelo inaugural del A380 detectó un fallo en una puerta del tren de aterrizaje que, en ese momento, no podía comprobar si era real o un error del indicador. Estaba previsto que el superjumbo alcanzara su velocidad máxima pero, por cautela, se modificó el plan de vuelo y se hizo lo previsto para el segundo ensayo. Finalmente, se descubrió que el fallo fue real y se evitó un percance más que probable.
FERNANDO ALONSO
Cuatro vuelos ‘de estreno' en Airbus a sus espaldas
Para este madrileño de 53 años esto de los primeros vuelos no es una novedad. Ya participó en el de cuatro aviones, entre ellos, el A380, tras aterrizar en Airbus en 1982, "cuando nos conocíamos todos". Remarca que el primer vuelo del A400M tiene un objetivo "meramente técnico", y que el propósito del programa es volar de forma segura para certificar el avión dentro de dos años.
IGNACIO LOMBO
Cinco años volcado en el avión de transporte militar
Nacido en Cartagena, cumplirá 43 años el 25 de diciembre, aunque bromea con que se subirá al avión para pilotarlo con 42. Piloto del Ejército del Aire, llegó en 2003 a la compañía, donde comenzó a volar con el Eurofighter. Ya en 2005 se trasladó a Toulouse, donde se incorporó al equipo del A400M. Tras las pruebas, sólo quedará confiar en que las condiciones meteorológicas no agüen la fiesta.
