Economía

Astilleros bota después de tres años su primer barco en el río

Justo tres años después de la última botadura y uno desde la privatización, el astillero de Sevilla se ponía el sábado sus mejores galas para echar a las aguas del Guadalquivir el primer buque construido en su nueva etapa en manos privadas.

el 14 sep 2009 / 21:51 h.

Justo tres años después de la última botadura y uno desde la privatización, el astillero de Sevilla se ponía el sábado sus mejores galas para echar a las aguas del Guadalquivir el primer buque construido en su nueva etapa en manos privadas. Con tres barcos más, hay carga de trabajo hasta 2010.

"Vengo a bendecir el trabajo, el esfuerzo y la vida de este buque, que ahora besa el Guadalquivir". Antonio Godoy, sacerdote de Bollullos de la Mitación, bendecía el barco antes de ser botado con manzanilla de Sanlúcar de Barrameda. Nunca antes había aplicado el hisopo a criatura tan extraña.

Bautizada como Clipper Pennant para la naviera inglesa Seatruck, tiene 3.800 toneladas de peso, 142 metros de eslora, 16,3 metros de altura hasta la cubierta y hace el número 297 de los botados en los 55 años de historia de la factoría.

Y al menos serán 300, pues en cartera están otros tres, uno para la empresa finlandesa Viking Line y otros dos, de menor entidad -tipo suplly, catalogados como buques de apoyo, frente al roro que fue bautizado y el contratado para la compañía escandinava-, cuyos armadores prefieren permanecer en el anonimato.

Francisco Gallardo, director de Astilleros de Sevilla, cuyo accionista mayoritario es Astilleros de Huelva, comentó que tales pedidos, a los que hay que agregar las compuertas de la nueva esclusa para el puerto hispalense, garantizan carga de trabajo hasta el año 2010. No obstante, agregó que están en plenas negociaciones para lograr más contratos, si bien prefirió no dar detalles al respecto.

Satisfacción entre los trabajadores, abrazos y lágrimas al constatar que Clipper Pennant se adentraba sin problema en el río -donde permanecerá otros cuatro meses, hasta concluir los trabajos-. Paz en el astillero después de tantos y tantos años de movilizaciones e incertidumbre bajo el anterior dueño, el propio Estado. Plantilla y compañía privada viven en la actualidad una luna de miel, y eso es decir mucho en los siempre guerrilleros astilleros.

Su padre trabajó allí, él en febrero cumple en febrero 38 años en la factoría y su hijo lleva unos seis meses en plantilla. Rafael Bustos reconoce que nunca imaginó que las cosas fueran a ser así tras la privatización, que hubiera tanta estabilidad y trabajo asegurado. David, montador de acero, como lo fue su progenitor -después soldador, más tarde técnico en prevención-, con 27 años, es la tercera generación de esta familia en el astillero sevillano.

De hecho, el socio mayoritario, Astilleros de Huelva, quiso que el acto del viernes fuera estrictamente familiar, y Gallardo quiso agradecer a todos los empleados el que asumieran un reto que hace unos meses era impensable: que el primer barco de la nueva andadura fuera botado antes que concluyera 2007. "Nos han dado un ejemplo", agradeció.

Suena el himno británico, después el andaluz, termina el español. Suena una sirena, botón que se pulsa, último calzador eliminado, barco que se desliza hacia las aguas, aplausos del gentío, 300 empleados con sus familiares, abuelos, padres, críos, chupetes, cámaras y piercing en la ceja. En primera fila, Ignacio Sánchez, ex presidente del comité de empresa y líder en mil y una movilizaciones. Esto es otra cosa, dice, y no hay mejor expresión.

A Sánchez lo sustituyó Gregorio Mora, y es uno de los más veteranos del astillero (entró en 1969, pero en sus años de estudiante en los Salesianos acudía a la factoría a hacer prácticas). "Ahora nos entendemos", indica al hablar de las relaciones entre trabajadores y empresa.

Y aunque en su día rechazaron la privatización, terminaron aceptándola, puesto que lo contrario hubiera significado un cierre. Hoy no se arrepienten, y el futuro se encara de forma más optimista. Antes de la venta, 190 empleados. En estos momentos, 300, y mil si se tienen en cuenta los de subcontratas e industria auxiliar.

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