Economía

Astilleros en perpetua crisis

La factoría sevillana está a la espera del plan de viabilidad que ha de presentar Huelva en los próximos días

el 21 sep 2009 / 19:29 h.

  • 29 de marzo de 2007. Astilleros de Sevilla era entonces una fiesta. La factoría hispalense volvía al trabajo tras dos años de paro y el futuro, tras la privatización y la compra por parte de Astilleros de Huelva, parecía despejado. Dos años y medio después, la incertidumbre vuelve a planear sobre su plantilla.

    Es uno de los sectores más arraigados en la economía sevillana y también uno de los que más está padeciendo una crisis que pasa por ser estructural en los últimos tiempos. La botadura del primer barco contratado después de la privatización de Astilleros de Sevilla se llevó a cabo hace un mes, pero envuelta en una noticia nada prometedora para la plantilla de la factoría hispalense: la carga de trabajo sólo está asegurada hasta 2010 y el despido de 600 trabajadores de la industria auxiliar.

    Otra cuestión que tiene que ver mucho con su futuro sobrevuela la factoría. Esta semana el sector está a la espera de la presentación por parte de Astilleros de Huelva -dueño de los de Sevilla- de un plan de viabilidad a la Junta que asegure la actividad en la provincia onubense. Se baraja que en este documento la compañía recoja la propuesta que ya trasladó a los sindicatos a mediados de verano: la fusión con Astilleros de Sevilla, de manera que éstos quedaran como matriz de la empresa y Huelva como industria auxiliar, ya que no asumiría la producción de grandes barcos en sus instalaciones. La causa: la falta de espacio en los astilleros onubenses para hacer grandes buques y de financiación para llevarlos a cabo.

    Fuentes de la Junta aseguraron que no habían recibido la propuesta por parte de Astilleros de Huelva, a pesar de que los trabajadores esperaban que se registrara el pasado viernes. Los sindicatos señalaron que lo más probable es que se presente a final de semana.

    La carga de trabajo en Sevilla dependerá de esta decisión y de la consecución de nuevos contratos, sobre todo en el mercado offshore -buques que sirvan para transportar plataformas como las petrolíferas- ya que, tras la botadura llevada a cabo en agosto, la planta está construyendo un buque gemelo al entregado y un ferry para un armador nórdico y no tiene más proyectos en cartera.

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