La empresa Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa), propietaria de la planta sevillana de yogures de Central Lechera Asturiana, ha iniciado las negociaciones con los sindicatos para cerrar la factoría, según confirmaron fuentes de la misma.
La "presión" y el fuerte crecimiento de las marcas blancas junto al dominio de las multinacionales Danone y Nestlé, que copan el mercado, han llevado a la empresa a adoptar esta decisión, aunque las fuentes negaron que el cierre se vaya a producir "a corto o a medio plazo". De hecho, no está previsto que se produzca en 2008.
Y es que el mercado andaluz, en el consumo de yogur, lleva años estancado para la empresa, que tiene en Sevilla la única producción de yogures para atender a la zona de Andalucía y el Levante, mientras que en el Norte y Noroeste el mercado se comporta más favorablemente para sus lácteos. No en vano las ventas de yogur "son entre tres y cuatro veces superiores" en esa zona del país, donde además cuenta con dos fábricas en Galicia, en Asturias, Cataluña y Madrid.
Aun así, la empresa -que tiene una escasa cuota de mercado del 2,3% en Andalucía- señaló que "no habrá despidos ni medidas traumáticas" para los 160 trabajadores de la planta sevillana, para los que se estudiará traslados, prejubilaciones y bajas incentivadas. La decisión definitiva se tomará después del verano. Al mal comportamiento de los últimos años, se ha sumado el descenso del consumo en general, reseñaron.
Por su parte, el consejero andaluz de Empleo, Antonio Fernández, aseguró que no cuenta con documento alguno sobre este posible cierre y anunció que no contará con el apoyo de la Junta si "lo que pretende es la eliminación de la plantilla".
