Casi diez kilómetros de retenciones a la altura de Huévar del Aljarafe. Ese fue el punto álgido de los atascos de la autopista Sevilla-Huelva (A-49), que cada vez que llega el buen tiempo se llena de conductores sevillanos que vienen de regreso de las playas onubenses. A diferencia de veces anteriores, donde se han llegado a sufrir 25 kilómetros de retenciones, la A-49 soportó bien el tráfico casi toda la tarde y, además, sin recurrir al tercer carril adicional, una estrategia habitual de la DGT.
Los atascos comenzaron a media tarde. Las primeras retenciones se detectaron en el kilómetro 10 de la autopista en sentido Sevilla: primero fue de dos kilómetros y llegó a su tope máximo a las 19.30 horas, con seis. Media hora después, los problemas surgieron en Chucena, que hace de frontera entre Huelva y Sevilla. No fue tanto al aglomeración de coches sino una avería lo que obligó a cortar uno de los carriles. Eso provocó otros seis kilómetros de congestión.
Ya al anochecer, en torno a las 20.50 horas, llegó la última gran avanzadilla, que generó los mayores problemas de la jornada con 9,5 kilómetros de retenciones a la altura de Huévar del Aljarafe.
Con este balance, la A-49 ha superado la primera prueba de fuego desde el estreno, a principios de año, de la ampliación a tres carriles en dos kilómetros más de la vía, con los que se esperaba mitigar en parte los atascos. En principio, el efecto que ha tenido es trasladar la saturación de vehículos algo más lejos de la entrada a la capital hispalense. Y es que cuando habitualmente se formaba a partir del kilómetro cinco, es decir, en la salida a Bormujos a la altura del hospital San Juan de Dios del Aljarafe.
