El Refugio, tradición culinaria en pleno centro de Sevilla.
Todos los años, cuando el azahar rompe por las calles de Sevilla, empiezan a escucharse tambores y cornetas, el incienso intensifica su sacralizador aroma y los altares se engalanan para triduos y quinarios, es hora de limpiar la plata, de cabildos y noches de pescado frito, es hora de caminar despacio a casa disfrutando de las noches tíbias por un centro de la ciudad o por un barrio casi desierto, después de las reuniones en la casa hermandad, pero en Sevilla tenemos bares y tabernas donde es Semana Santa todo el año.
Desde Junio de 2006 los hermanos Martín Tovar gestionan el bar El Refugio, un bar enclavado en la muy sevillana calle Huelva, estrecha vía entre la Plaza del Pan y la Alfalfa, uno de esos bares donde las marchas procesionales suenan todo el año y, por la pantalla del televisor puesto en alto en el salón, no dejan de desfilar todo el año nazarenos y pasos. Barroco en espíritu y en apariencia, sus paredes se llenan no sólo de fotos cofrades, imágenes de nazarenos, cuadros, dibujos, hasta el frontal de una canastilla en el comedor y, sobre la puerta de éste, esa señal de Paso de cofradias.
Pavía de merluza, Espinacas con garbanzos y Solomillo El Refugio.
Hay buena barra, madera, salón con mesas y amplios ventanales y terraza en tranquila calle peatonal. Dentro, nos invade cierta penumbra, ya que la iluminación se oculta tras unas tradicionales tejas de barros, matizando con su cálida luz a los que nos miran desde las fotos, músicos, costaleros, armaos de la Macarena. Hasta gorras militares de las bandas y escoltas de los pasos se exhiben en la barra.
En cuanto a las cosas del comer aquí no venimos a buscar mucha sofisticación, recetas tradicionales que Olga Galindo, la cocinera, se encarga de elaborar con buena mano especialmente para los guisos, como unas sabrosas espinacas con garbanzos (2,50 euros) que probamos, bien de especias, pero suaves, aunque por la tarde acudía su recuerdo de vez en cuando a nuestro paladar. Otra cosa de toda la vida y de la época cuaresmal especialmente, la pavía de merluza, acompañadas de un suave ali oli y un poquito de ensalada, porque aunque esto es lo más alejado de uno de esos gastrobares de moda que uno pueda imaginar, hay cierta preocupación por la estética de las presentaciones y variedad de formato en los platos. Redondo de los de siempre si era el plato
La carta es amplia, con tapas, medias y raciones, donde median las recetas tradicionales de las tabernas sevillanas, tortilla de patatas (2,00 euros), aliño de huevas (2,00 euros), boquerones en vinagre (2,50), también tapas de carne y de pescado, albondigas de choco (2,50 euros), chipirón plancha (2,50 euros), pinchito de pollo (2,50 euros), carrillada en salsa (2,50 euros). Hay panes de jamón, salmorejo y ajo, de ventresca, salmorejo y queso de cabra y otros, todos a 8,00 euros. Y montaditos, a 2,50 euros, de solomillo con jamón, salmón con queso, bacalao con queso, jamón con salmorejo y otros.
Para acompañar tanto condumio se tira Cruzcampo con buen pulso, a 1,20 euros la caña, el tinto de verano a 1,50 euros y también se anuncia sangría a 12,00 euros la jarra. Hay variedad de vinos si lo que se quiere es una copa de blanco o de tinto, entre los primeros Barbadillo y Tierra Blanca, por Andalucía y un Vega Real de Rueda, ya sabemos que la Verdejo está de moda. En tintos Azabache riojano y Vega Real de Ribera de Duero.
El Refugio es precisamente eso, un refugio en medio de todo el casco histórico de Sevilla, uno de esos bares cofrades donde la parroquia es más local que foránea, no diremos que capillitas, que los hay, sino sevillanos que gustan de rodearse, aunque sea para tomar una cerveza con una tapita de ese ambiente que muchos viven todo el año esperando que en la Semana señalada, todo se consume.
LA FICH
- Domicilio: C/Huelva, 5. 41003 Sevilla.
- Horario: De 12.00 a cierre. Todos los días abiertos, el domingo cierra por la noche.
- Propietarios: José Antonio Martín Tovar y Juan Carlos Martín Tovar.
