La percepción sobre la corrupción en España ha aumentado en 2009 por quinto año consecutivo, según el índice que elabora Transparencia Internacional (TI), cuyos representantes pidieron ayer a los partidos un pacto de Estado para acabar con esta lacra.
Si en 2008 España ocupaba el puesto 28 en el ranking de los países menos corruptos, en 2009 ha caído cuatro puestos y pasa al 32 -de un total de 180-, en tanto que su puntuación ha bajado del 6,5 el pasado año al 6,1 en el último índice. Continúa así, según explicó en la presentación del índice el presidente de TI-España, Jesús Lizcano, la tendencia registrada en los últimos cinco años, en los que se ha pasado del "notable" (7,1) de 2004 al 6,1 actual.
Esta percepción quedó bien claro en el último estudio del CIS en el que los españoles mostraron estar más preocupados por los políticos y los partidos políticos que por el terrorismo. Y es que en los últimos meses han salido a la luz pública importantes casos de corrupción que han salpicado a políticos de todas las ideologías como el Gürtel, Palma Arena, Pretoria y el del Palau, entre otros.
Para el patrono vitalicio de la Fundación Ortega y Gasset y miembro de TI-España, Antonio Garrigues, que España esté empeorando en términos de corrupción no debería sorprender a nadie. A su juicio, la corrupción es "perfectamente controlable", lo que hace falta es afrontar el problema y no resignarse.
Para ello, Garrigues pidió un pacto político y que exista voluntad por parte de los gobiernos para implantar sistemas que controlen la corrupción.
En la misma línea se mostró el catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos Manuel Villoria, para quien la clave está en un pacto que trabaje sobre todo en mecanismos de prevención. "España tiene problemas en la fase preventiva, que es donde hay que incidir, al margen de seguir insistiendo en la fase represiva", subrayó Villoria, tras recordar que el índice de TI se refiere a la percepción de este problema ya que la corrupción real es muy difícil medir. Para Villoria, la percepción de la corrupción ha aumentado porque "ahora se investiga más, los mecanismos de lucha se han perfeccionado y se producen muchos escándalos".
Escándalos que, según Garrigues, se van a seguir repitiendo. "Si alguien piensa que los casos conocidos son los últimos que se preparen porque vamos a vivir una larga época de descubrimientos", añadió. Preguntados por si en España es "rentable" para un político ser corrupto, Villoria opinó que ahora empieza a ser menos rentable, mientras que Garrigues subrayó que coste político para los implicados en casos de corrupción tiene que se alto.