Seis de cada diez desempleados atendidos en los programas de Empleo de Cáritas regional eran españolas, una proporción que se incrementó un 10% con respecto al año pasado en contrasto con el descenso registrado de parados inmigrantes. Así si en 2011, los españoles atendidos suponían el 54% y los extranjeros el 46% el año pasado la proporción fue más desequilibrada con un 63% de españoles atendidos frente a un 37% de inmigrantes. Estos datos, presentados por la ONG de la Iglesia Católica permiten extraer dos conclusiones: que el drama del paro se agrava entre la población local y que la crisis está llevando a muchos inmigrantes a retornar a sus países. En total, Cáritas atendió en sus programas de empleo a 7.633 personas, de las que 6.043 recibieron asesoramiento y orientación para la búsqueda de empleo, 883 fueron formadas en talleres para mejorar su cualificación o cursos impartidos directamente por empresas colaboradoras para su posterior contratación y 1.412 participaron en los programas de inserción en los que se gestionaron 581 ofertas de trabajo y se estableció contacto con 830 empleadores. Cáritas tiene actualmente una empresa directamente de inserción en Córdoba y una agencia de colocación como tal en Granada. El perfil de las personas atendidas es el de mujeres españolas de entre 25 y 45 años con estudios primarios, si bien un 23% de los beneficiarios tenían estudios secundarios, un 7% bachillerato, un 4% títulos universitarios y un 15% otros estudios. Desde Cáritas hacen hincapié en una serie de apelaciones éticas ante el drama del paro. Así, instan a las administraciones públicas a dispensar un trato humanizado y personalizado a los parados, así como a luchar contra el fraude y a gestionar con honradez y transparencia lo público. A las empresas reclaman que la crisis no sea excusa para un retroceso en los derechos laborales y que antes de recurrir al despido busquen estrategias alternativas para garantizar la viabilidad del proyecto incluso implicando a los trabajadores. También reclaman que sean transparentes con sus obligaciones legales y fiscales y no se deslocalicen. Igualmente Cáritas se dirige a la sociedad y apela a su comprensión hacia las personas que se encuentran en esta situación y se responsabilice de las personas más vulnerables buscando vías conjuntas frente al individualismo e incluso con una llamada al compromiso y la movilización. Por último, señala el papel corresponsable que deben jugar los trabajadores con los desempleados mediante la defensa de los derechos laborales, el rechazo de la economía sumergida y la apuesta por la formación.
