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"Aun en crisis a la gente no se le puede pedir que deje de soñar"

Silvia Peris. Directora y Cofundadora de la empresa de relaciones públicas Evento 10

el 26 ene 2013 / 19:06 h.

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La entrada de la oficina de Silvia Peris está decorada con fotos suyas con los famosos con los que ha trabajado y que, en muchos casos, han pasado a formar parte de su círculo de amigos. A la que esto escribe, es justo reconocerlo, se le van los ojos a las fotos (sí, sí, varias) que tiene Silvia con George Clooney. Pero no se engañen: tras este trabajo que puede parecer todo glamour hay horas de esfuerzo y dedicación que esta empresaria sevillana invierte con mucho gusto porque le apasiona su profesión. Si la recompensa es, entre otras, una foto con el hombre-Nespresso, el esfuerzo puede que merezca la pena.

-¿Son tan excéntricos los famosos como dicen?
-Es una fachada que tienen. Yo he aprendido que con los famosos hay que ser muy natural. He intentado siempre hacerme amiga de ellos y estar a su mismo nivel: que vean que te preocupas por tu estilismo, que estás informada de sus vidas, de lo que les preocupa...

-¿Le costó adaptarse a ese mundo?
-No, porque me considero una persona muy extrovertida. Estuve un año en EEUU estudiando y me acostumbré a adaptarme a todo.

-¿Le ha cambiado en algo su manera de ver la vida el hecho de estar en contacto con un mundo tan peculiar?
-Si en algo me ha cambiado, es en que he aprendido que al final lo que importan son los pequeños detalles. Al final, lo que quieres es volver a casa, estar con los tuyos, volver al día a día.

-Después de haber estado en eventos de tanto glamour, ¿le sigue gustando una fiesta tan nuestra como la Feria?
-¡Sí, sí! Me encanta. Me visto todos los días. Un año el Ayuntamiento me preguntó que si no me importaría que un grupo de franceses que estaban grabando sobre la Feria vinieran a mi casa para ver cómo nos vestíamos y preparábamos para ir al Real. Y yo encantada. Al año siguiente se vinieron con nosotros al Rocío.

-¿Cómo se casa trabajar en un mundo de tanta sofisticación y lujo en estos momentos en los que millones de personas lo están pasando tan mal?
-Las marcas tienen que hacerse conocidas. Si no hay publicidad, la gente no sabe lo que tiene que ponerse o a dónde tiene que ir de vacaciones. A la gente no se le puede decir que deje de soñar. La tendencia será la de hacer eventos en sitios más cercanos y con menos dinero.

-¿Afecta la crisis también a las marcas?
-Por supuesto. A lo que se tiende ahora es a que el que pueda pagar más que pida un servicio más exclusivo. Para eso se han inventado las marcas Premium, para darle un valor añadido. En principio, puedes tener lo que todo el mundo. Si quieres más, tienes que pagar un poco más.

-¿Los famosos también han bajado su caché o son reacios a hacerlo?
-El mercado se ha convertido en un intercambio en especies. Muchos de ellos ya no cobran sino que se les invita a un evento con todos los gastos pagados para que promocionen el producto.

-¿Fue la Expo el gran escaparate internacional de Sevilla?
-La Expo fue importantísima porque se hicieron infraestructuras que eran muy necesarias y porque sin duda fue el mejor evento para proyectar la imagen de Sevilla internacionalmente.

-Ahora que se habla tanto de la marca España, ¿existe la marca Sevilla en el exterior?
-Sevilla como tal no es conocida, sí sus tradiciones. Somos más conocidos por el flamenco y la Bienal, o el Sicab o el tapeo que por otra cosa. En Estados Unidos, hay restaurantes que se están haciendo de oro por explotar algo que es típicamente nuestro, como la comida mediterránea. Nos esforzamos por ser como Madrid o Barcelona y lo importante es vender nuestros productos más exportables. No se hace publicidad y campaña de lo que es más nuestro, que al final se lo ha apoderado la marca España.

-¿Se ha sentido profeta fuera de su tierra sin ninguna ayuda o respaldo institucional?
-Muchas veces. Lo último que me ha ocurrido ha sido con el Festival de Plácido Domingo. Ha sido un proyecto tan ambicioso que ha habido problemas en nuestras administraciones para que se lo creyeran. Les ha venido grande. No se ha recibido con el cariño suficiente hasta el punto de que la segunda edición que estaba previsto que se hiciera aquí puede que no se termine haciendo.

-Sicab ha cumplido 20 años pero en los últimos años ha dado más de un susto. ¿Todo tiene que ver con la crisis o es que el modelo está agotado?
-Sicab siempre se ha ayudado del Ayuntamiento, de la Diputación y sobre todo de los sponsor y del público sevillano. Para que se haga más grande se necesita más dinero y más espacio, obviamente. A lo mejor hay que sacarlo de Fibes... Lo que está claro es que hay que centrarse en aquello que da éxito, y el Sicab lo tiene.

-¿Sevilla tiene glamour?
-Sevilla es una de las ciudades más bonitas del mundo. Eso sí, habría que cuidar más sus fachadas. Sevilla, además, es una ciudad muy cercana: puedes ver bailar a los seises, asistir a una boda en el altar mayor de la Catedral mientras la visitas, ver las cruces de mayo por la calle... Aquí las cosas se tocan, no como en otros sitio, y, desde hace ya muchos años y gracias al flujo de estudiantes de otros países, la gente está más cultivada.

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