Sólo la abstención empañó el abrumador triunfo que cosechó ayer el socialdemócrata Heinz Fischer, que fue reelegido con casi el 79% de los votos en los comicios presidenciales celebrados en Austria. Para Fischer, estas elecciones, para un mandato de seis años, fueron un paseo, pero la participación de tan sólo el 49% fue la más baja registrada en la república alpina desde la Segunda Guerra Mundial. En la última cita electoral para el puesto, en 2004, fue del 71,6%.
Este hombre de 72 años, miembro del Partido Socialdemócrata Austríaco (SPÖ) desde su juventud y conocido por su escaso carisma, pero también por su moderación y su constante búsqueda del consenso, es el político más estimado en la escala de popularidad nacional. Tras confirmarse oficialmente el escrutinio total de los votos, a falta tan sólo del recuento de los sufragios por correo, que apenas tendrán incidencia, Fischer se mostró "muy satisfecho" y "muy agradecido" por esta absoluta mayoría.
En segundo puesto, pero muy alejada de Fischer, se quedó Barbara Rosenkranz, la cantidad del ultraderechista Partido Liberal Austríaco (FPÖ), que alcanzó el 16% de los votos. Aún menos votos, un 5%, recogió Rudolf Gehring, un perfecto desconocido en el espectro político austríaco, del Partido Cristiano de Austria, y que se ha manifestado contrario al aborto y ha condenado la homosexualidad.
Hungría. En Hungría el opositor partido conservador Fidesz consiguió más de dos tercios de los escaños del Parlamento húngaro, tras la segunda vuelta de los comicios legislativos celebrada ayer, y una vez escrutado el 80% de los votos, informó la Comisión Electoral Nacional. El Fidesz consigue 263 de los 386 escaños del Parlamento húngaro, mientras que el socialista MSZP, hasta ahora en el poder, ocupará 59 asientos. El partido de extrema derecha Jobbik tendrá 47 diputados y los ecologistas del LMP, 16.
En esta segunda vuelta electoral estuvieron convocados a las urnas 2,5 millones de votantes en 57 de las 176 circunscripciones, donde en la primera ronda, el pasado día 11, ningún candidato logró la mayoría absoluta requerida. El voto de ayer sólo determina por eso la amplitud del apoyo con el que gobernará el Fidesz, que hace dos semanas logró el 52,7% del apoyo. Hungría da así un giro hacia la derecha después de ocho años del gobierno de los socialistas.