"Queremos aprender cosas, trabajar y ser independientes algún día". El deseo de Pedro Jesús, joven, entusiasta y autista está más cerca desde que ayer se colocó la primera piedra de la Unidad de Estancia Diurna para personas con Trastornos del Espectro Autista Ángel Díez Cuervo. 900 metros cuadrados cargados de futuro.
El complejo, que llevará el nombre de uno de los doctores que más han trabajado en la investigación del autismo, supone una ampliación del centro que desde hace años tiene abierto en Sevilla Este la asociación Autismo Sevilla. Las obras, que costarán 1,5 millones de euros entre la edificación y la dotación de muebles y equipos, están ya iniciadas, así que el acto de ayer fue un simbólico disparo de salida. La presidenta de la asociación, Mercedes Molina, y el director general de Personas con Discapacidad, Julio Coca, cogieron la pala en un día de fiesta para los autistas, sus familias y sus monitores. No es para menos: hasta ahora, Sevilla carece de un centro de día de estas características, que en Andalucía sólo tiene antecedentes en Cádiz y Málaga.
Alberto Miralles, el arquitecto del proyecto, relata las bondades de la nueva construcción. "Son 900 metros cuadrados en los que llevamos año y medio trabajando, me lo sé al dedillo", confiesa. A continuación, comienza a enumerar todos los servicios que albergará: se crearán cinco talleres, diferenciados por colores, para formar a los autistas; se construirá un comedor y un espacio de ocio; se levantará un patio diáfano, acristalado, que permite vigilar a los chavales en todo momento, desde cualquier punto del edificio y, ya de paso, se añadirán unas nuevas oficinas de dirección. Un complejo "austero" y "muy intercomunicado" para que se muevan las cien familias a las que integra la asociación, más las 25 que ahora tendrán su espacio gracias a la ampliación, los más de 60 trabajadores fijos y el centenar largo de voluntarios que cada año trabaja en este centro, explica Marcos Zamora, psicólogo y asesor de la asociación. Para costear la obra, la Junta va a aportar medio millón de euros y el resto (un millón) se reparte entre Autismo Sevilla y sus entidades colaboradoras: Caja Madrid, la Fundación ONCE y el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte. Más allá de los dineros y de quién los pone, lo importante es para qué servirá el centro. Pedro Jesús afirma que a él le ha servido para que lo traten "bien", le "escuchen" cuando habla de la Feria o de las series de la tele que le gustan, para que le enseñen recetas, aprenda a trabajar en un taller y conozca "a un montón de personas". Eso se resume en "aprender y ser independientes" o, como dijo Ángel Díez Cuervo, el homenajeado, "para que los autistas puedan lograr una mayor y mejor integración". "Porque no es imposible", remachó.
El doctor, emocionado hasta las lágrimas, recordó que en 30 años, los casos de autismo han crecido un 774%, que es un mal nervioso en el que no influyen los padres y que "no tiene tratamiento, más allá de las terapias psicosociales". Sin ellas, eso sí, no hay progreso, "pero con centros como éste, el progreso existe". Su mensaje final quedó en el aire: "Las cosas difíciles también son posibles".