La tragedia del terremoto en China va más allá de las víctimas que quedaron enterradas bajo los escombros. Más de 200 empleados que reparaban las vías de comunicación fueron sepultados por las avalanchas de lodo sufridas en los últimos tres días. Mientras, el goteo de víctimas sigue subiendo. Ya van 34.073 muertos.
El temblor del terremoto que sacudió China hace una semana se sigue sintiendo con fuerza en el país, que inició ayer tres días de luto oficial por las víctimas, cuyo número de fallecidos ascendió ya a 34.073, en una decisión sin precedentes en su historia, ya que estos homenajes se reservaban exclusivamente a los líderes políticos.
La mayoría de las muertes, 33.570, corresponden a la región de Sichuan, la provincia más azotada de las siete que resultaron afectadas por el seísmo y donde otras 5.260 personas permanecen sepultadas bajo los escombros, según datos oficiales. El temblor dejó además 245.108 heridos.
A ellos se suman más de 200 empleados que trabajaban en la reparación de las vías de comunicación afectadas por el seísmo. Estos trabajadores quedaron enterrados debido a los corrimientos de tierra de los últimos días, sin que se conozca por el momento si han fallecido o no.
Justo una semana después de que se produjera la catástrofe, toda China paró durante tres minutos, los mismos durante los que la tierra tembló en Sichuan, para rendir tributo a las víctimas. Un espacio corto de tiempo, pero lleno de simbolismo y emotividad que remarcó hasta qué punto caló la tragedia en el gigante asiático, que nunca antes en su historia había vivido tres días de luto oficial en memoria de ciudadanos comunes. Mientras, las banderas de las instituciones oficiales chinas tanto dentro como fuera del país ondearán a media asta estos tres días de luto.
Con todo, y pese al tiempo ya transcurrido, aún siguen produciéndose milagros. Siete días después de la catástrofe fueron rescatadas dos mujeres con vida de entre los cascotes en Beichuan y Tianchi, por lo que un total de 60.020 personas, según cifras oficiales, fueron ya liberadas con vida de entre los escombros.
Otra noticia positiva del día se produjo en relación al estado de los embalses de la zona afectada por el seísmo, cuyo peligro de rotura remite. "Todas las presas están estables y seguras, siempre que no se produzcan réplicas ni lleguen inundaciones", afirmó el jefe de la Comisión Estatal de Regulación Eléctrica, Gu Junyuan.
Cumplida una semana del terremoto, la Oficina Sismológica China indicó que la intensidad del seísmo alcanzó finalmente los 8 grados en la escala de Richter en vez de los 7,8 grados inicialmente señalados, un temblor que ya se ha convertido en la mayor tragedia natural vivida en el país en las últimas tres décadas.
Por su parte, Qin Gang, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, avanzó ayer que China permitirá la participación de equipos médicos extranjeros en las labores de atención a las víctimas y que se sumarán así a los que ya trabajan desde el viernes y que pertenecen a Japón, Singapur, Corea del Sur y Rusia.
