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Aventura educativa

En mi primer viaje iniciático a la Andalucía real escuchaba las memorias de mi abuelo evocando a los antiguos maestros a caballo por los campos de Antequera a la caza de chavales a quienes inculcar conocimientos. Por alguna extraña razón, siempre me imagino a los maestros a caballo.

el 14 sep 2009 / 21:02 h.

En mi primer viaje iniciático a la Andalucía real escuchaba las memorias de mi abuelo evocando a los antiguos maestros a caballo por los campos de Antequera a la caza de chavales a quienes inculcar conocimientos. Por alguna extraña razón, siempre me imagino a los maestros a caballo, como conquistadores de la cultura, difusores del conocimiento. Más les valdría seguir en la misma montura cien años después, vistos los resultados de encuestas sin cocina que nos dejan en mal lugar a los andaluces y a nuestros hijos, por su falta de un conocimiento que se nos escapa ya a uña de caballo, dejándonos en último lugar, que es un mal lugar para empezar a progresar en el avatar de la vida profesional.

Algunos datos de las estadísticas señalan que no sólo tenemos los escolares menos conocedores, sino que en Andalucía es donde menos se invierte en educación por habitante. El PP propone dotar a cada dos escolares con un ordenador en las escuelas, y Educación propone enseñar a los profesores a restar en su sueldo según su dedicación a la enseñanza denunciada por el Director del Colegio, que es otro profesor.

Con estas propuestas, nuestros estudiantes conseguirán no saber nada a través de la informática, tendremos a los profesores peor pagados y se fomentará la delación si no existe un baremo establecido, como, por ejemplo, el resultado de la enseñanza, que es de lo que se trata. Lo mejor será comprarle a cada profesor un caballo. Y lanzarlos por los campos de Antequera.

Isidro Cuberos es consultor de comunicación

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