La suya fue una de las tomas de posesión con más incertidumbre del pasado 11 de junio: hasta que los concejales no se abstuvieron en la votación, Juan Ávila no supo con certeza que iba a ser alcalde, porque el PP fue el partido más votado pero sin mayoría absoluta. Ahora teme que el acuerdo que no rubricaron IU y PSOE para gobernar sí lo sellen para complicar las cosas desde la oposición.
-Lo suyo fue de película de suspense de las buenas...
-La verdad es que en un principio no me vi como alcalde, y encima sabíamos que la negociación entre PSOE e IU era a nivel provincial, así que hasta la toma de posesión no me sentí alcalde.
-¿Qué le parece que los concejales del PSOE se abstuvieran pese a que su Ejecutiva Provincial les exigió que respaldaran con sus votos a un alcalde de IU?
-Lógica y coherente con lo que el PP hizo el mandato pasado, cuando pudimos pactar con IU y no lo hicimos para que gobernara el PSOE, que era el más votado. Pero como PSOE e IU habían estado negociando, sólo cuando escuché las abstenciones de los concejales socialistas me di cuenta de que iba a ser alcalde.
-Le entraría el subidón en el mismo salón de plenos, ¿no?
-Más que euforia sentí una gran responsabilidad y la sensación de que había cumplido un objetivo importante en mi vida, porque vengo de una familia humilde. Y me acordé de mis padres, claro.
-¿Teme que se pueda concretar una una moción de censura en estos cuatro años?
-Desde el minuto uno. Estando en minoría, estaré cada día con la espada de Damocles en lo alto. Ya pasó en los primeros plenos, donde han querido imponer las políticas de gobierno desde la oposición. Pero no tengo miedo, porque me preocupa más la crisis y la deuda del Ayuntamiento.
-¿Y no le preocupa que lleguen a más en sus políticas?
-No es que me preocupe, es que pasa ya. Hasta han logrado que un concejal de la oposición sea el representante de Carmona en la Mancomunidad de Los Alcores. He vivido puntos pequeños que suelen resolverse en cinco minutos y duran una hora. No gusta que el PP gobierne y desde el minuto uno se han aliado. Cuando pasen dos o tres plenos se darán cuenta, serán comprensivos y me dejarán gobernar. Y si no lo hacen y siguen a la sombra poniendo trabas, que gobiernen ellos.
-¿Y esto no es peor que una moción de censura?
-Es que creo que si no la hacen es porque no tienen el valor de enfrentarse a la deuda que ellos han generado, pero lo que no permitiré es que me gobiernen desde la oposición. Lo que no puedes es evitar que te rechacen propuestas, cuando esto se podría solucionar con acuerdos. Lo que pasa es que no quieren y quieren montar un lío desde la oposición.
-¿Teme que esto llegue a bloquear el Ayuntamiento?
-Pues sí. Una moción de censura es un acto de valentía, pero un bloqueo es difícil de asimilar y haría más daño a la ciudadanía.
-Y tras sus primeros días, ¿cuál es su análisis de la situación del Ayuntamiento?
-El Ayuntamiento está como la mayoría, con muchos problemas económicos. Estos primeros días me los he pasado hablando con la Tesorería y la Intervención, aplicando medidas de austeridad y hasta anulando compromisos, porque para qué va a hacer algo una asociación si esa actividad se le adeuda desde hace dos años.
-Todavía no me ha dicho que el Ayuntamiento debe mucho, como dice todo el que llega...
-No sé cuánto debe exactamente, sólo sé que la deuda es importante y que se sale de los pronósticos que hicimos desde la oposición, hasta el punto de que estuvo en peligro el pago de la nómina extraordinaria de junio.
-Y al margen de pelear con los números, ¿qué proyectos tiene para Carmona?
-El gran objetivo es conservar nuestro encanto como ciudad histórica y para ello solicitaré su declaración como ciudad histórica. Tenemos un turismo de paso y la idea es que la gente se quede a dormir, donde es clave el Parador. Aunque es de los más rentables de España, queremos potenciarlo más. También plantearemos a la Junta que participemos más en la gestión de la Necrópolis.
-Carmona tiene además fama de que atrae a gente con un alto poder adquisitivo...
-Sí, pero no es una ciudad pija. Hubo una época en la que gente con un alto poder adquisitivo empezó a comprar casas, pero esto nunca va a ser Marbella y además aquel movimiento se paró. El problema es que el Ayuntamiento nunca ha ofrecido a los que viven en el centro rehabilitar sus viviendas y así están las cosas. Hay hasta casas de propiedad municipal que están en mal estado.
-A propósito del centro, ¿contempla la posibilidad de cerrarlo al tráfico?
-Eso es complicado porque deberían darse unas circunstancias concretas. Primero habría que crear un parking y hacer también el previsto en El Argollón, la zona del escarpe que se vino abajo en diciembre y que hay que terminar de estabilizar.