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Ayer, hoy, mañana

Desde ayer y hasta mañana Sevilla estará rodeada por estampidos de cohetes; pequeñas nubes blancas en el cielo serán los puntos suspensivos del camino que van siguiendo las hermandades hacia los cerros del Aljarafe para traspasarlos y llegar a parajes que la...

el 16 sep 2009 / 03:20 h.

Desde ayer y hasta mañana Sevilla estará rodeada por estampidos de cohetes; pequeñas nubes blancas en el cielo serán los puntos suspensivos del camino que van siguiendo las hermandades hacia los cerros del Aljarafe para traspasarlos y llegar a parajes que la memoria ha ido dorando: ha comenzado el Rocío. Si se observa en un mapa el triángulo que forman Sanlúcar de Barrameda, Huelva y Sevilla, sólo ese mínimo accidente orográfico que, cortado por el Guadiamar tiene su continuación en el Condado, se eleva en el borde de la desmesurada llanura por la que el Guadalquivir se desmenuza en caños, tornos y brazos.

Son los restos vitales del Lago Ligustino, una Atlántida al revés que emergió. Hacia esa desolación en la que -dicen- el Duque de Medina Sidonia escondió cuantos moriscos pudo, se encaminaba Felipe IV con toda su corte unos años después de su expulsión. Llevaron entre otras cientos de vituallas -cuentan- 600 fanegas de harina, 400 arrobas de aceite, 300 de uvas, orejones y dátiles, 50 de manteca de Flandes y 300 quesos de allí, 8.000 naranjas, 600 arrobas de salmón y otras 200 de otras conservas, 50 arrobas de miel, 4000 bujías, otros 4.000 velones y 800 antorchas. No hay ni una sola línea para la Virgen en el relato de Guichot.

Ayer, hoy y mañana darán los mismos pasos miles y miles de personas desde ciudades, pueblos y barrios; llevan consigo productos y cantidades parecidas al rey si sumáramos los de todas, van unidas en una fiesta que resulta ininteligible a muchos de los de esta piel de toro aunque sea obvia: la Virgen fue vestida con las ropas reales de aquellas damas y coronada para hacer de aquellos Estados un territorio de entrada libre, una Atlántida paradójica. Lo canta, con versos paradójicos Pedro Peña por sevillanas: "Los caminos son ríos / de un mar de arena?".

Antonio Zoido es escritor e historiador

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