Sin visos de acuerdo en la huelga del campo sevillano. Patronal y sindicatos defienden férreamente posiciones: ante la petición de subida salarial, los agricultores alegan que acumulan dos años de pérdidas. Ayer entraron en escena los ayuntamientos de La Vega, cuyas economías dependen mucho del melocotón.
A partir del lunes, la fruta comenzará a pudrirse en el árbol, y todo porque no hay acuerdo -ni visos de que se alcance en breve- en la negociación del convenio del campo. Los sindicatos piden un incremento salarial del 8%, algo inasumible para los productores, que argumentan que suman ya dos años de pérdidas.
Pero ayer un nuevo agente entró en juego: los Ayuntamientos de los municipios de La Vega sevillana. Y es que sus economías dependen en gran medida de la campaña del melocotón y la nectarina, que tradicionalmente se utiliza como arma arrojadiza en la negociación del convenio.
Con la portavocía del Consistorio de La Rinconada, lanzaron un SOS a ambas partes, instándoles a tener "altura de miras", sobre todo, teniendo en cuenta el momento "especialmente crítico por el parón de la construcción", y tacharon de "irreparables" los daños para esta zona, estimados en la supresión de 1,5 millones de peonadas, asociadas tanto a la recolección como a la manipulación de la fruta en fábrica.
Así, el regidor de La Rinconada, Javier Fernández, instó a un acercamiento entre las partes para evitar "ahondar" en las pérdidas de más de 12 millones de euros en salarios que el sector ya sufrió el año pasado, precisó.
El presidente de la sección de fruta de hueso de Asociafruit, Javier Rubiols, constató la "gran dependencia" para las economías de estos pueblos, a los que se suman Villamanrique de la Condesa y Aznalcázar, y la "caída drástica de ingresos" que supondría perder la campaña y que también repercutiría en los trabajadores.
Sin embargo, consideró que no es posible atender la demanda sindical cuando los productores llevan dos años "con las explotaciones en números rojos". Una situación que calificó de "crisis", por lo que abogó que en estos momentos lo que debe primar es la moderación salarial. "No pedimos un esfuerzo al trabajador porque le ofrecemos el IPC más la cláusula de revisión", aseveró Rubiols.
Además, la patronal insistió en que el convenio de Sevilla está por encima de otras comunidades como Extremadura y Murcia, que resultan así más competitivas de cara a los clientes. "Eso nos ha llevado a reducir márgenes, hasta que en los últimos años se han situado en negativo".
Y es que, según detalló, el 70% de los costes totales de una explotación, en el caso de la fruta de hueso, corresponde a los costes laborales, mientras que en la comunidad extremeña esta cifra es un 27% menor, apostilló.
Rubiols cifró en un millón de euros al día la pérdida por cada jornada que no se recolecte ni almacene la fruta, que también se destina a la exportación. Eso por cada variedad de melocotón, del que hay una decena diferente, y haciendo los siguientes cálculos: a un precio aproximado de un euro por kilo de fruta (ya con el valor añadido incluido) y a un millón de kilos recogidos al día.
Además, la patronal denunció la "coacción" de los piquetes informativos, que, según Asociafruit, "amenazan a los trabajadores" para que abandonen sus tareas, al tiempo que criticó que lleguen a acumularse "entre 80 y 100 personas" sólo con el objetivo de informar ante las fincas.
Precisaron que aún no se han producido incidentes, pero no descartaron que se pueda dar el caso de algún pequeño agricultor "que pierda la calma".
