La alemana Schott inauguró en el Parque de Actividades Medioambientales de Andalucía (PAMA) una planta de producción de tubos receptores solares -los elementos principales de las centrales termosolares-, con una inversión de 40 millones de euros.
Desde el pasado marzo, la fábrica de Schott, ubicada en Aznalcóllar, fabricará en España 50.000 unidades anuales de tubos receptores solares, lo que equivale a la capacidad de una central eléctrica de hasta 200 megavatios, una producción que la empresa alemana espera doblar a finales de 2008.
La compañía alemana inauguró el martes oficialmente la primera de las dos fases que componen el proyecto, que cuenta con una inversión total de 40 millones de euros. De ellos, más de 25 corresponden a la aportación del grupo alemán, mientras que la Junta aportó 5,2 millones y el resto corresponde a terrenos y obra civil que son propiedad de Bogaris Industrial 3.
Con la ampliación de la segunda fase, se prevé duplicar la fabricación de tubos y elevar la energía producida hasta los 400 megavatios que generaría una central eléctrica. Además, para entonces Schott calcula que los puestos de trabajo sean 150. Actualmente, un 70% de la plantilla procede de la comarca del Corredor de la Plata, de Aznalcóllar y de localidades cercanas.
Puestos de trabajo. El consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo, que acudió a la inauguración, destacó que en 2013 se habrán creado hasta 100.000 puestos de trabajo en Andalucía relacionados con las energías renovables.
Vallejo subrayó la apuesta por este tipo de energía en la comunidad y recordó que Andalucía concentra el 65% de la potencia termosolar instalada en España, con 220 de los 340 megavatio que están en construcción. Según los datos de Innovación, en Andalucía se generarán 270 megavatios termosolares entre finales de 2008 y 2009
Esta planta es la primera en España y la tercera del mundo, junto a la que Schott tiene en Alemania y la del Grupo Solel en Israel, y fabricará tubos receptores para centrales solares termoeléctricas con tecnología cilindro-parabólica. Un ejemplo son las centrales termosolares Solnova, situada en Sanlúcar la Mayor (Sevilla), de Abengoa Solar y Andasol, ubicada en la localidad de Aldeira (Granada) y a cargo de Milenio Solar-Cobra.
Los tubos tienen una durabilidad de más de 25 años y, además de venderse en el mercado español, se destinarán a las plantas solares del norte de África. Estas centrales de colectores cilindro-parabólicos utilizan la energía térmica del sol para generar electricidad.
Básicamente, constan de un campo de espejos parabólicos que siguen la trayectoria del sol y concentran la radiación sobre los tubos receptores. Al calentarse el aceite térmico que circula por su interior se produce vapor, que impulsa unas turbinas para producir la electricidad.
Las instalaciones ocupan 25.000 metros cuadrados de un terreno que hace 10 años fue testigo de uno de los mayores desastres naturales, tras el vertido tóxico de la empresa minera Boliden. Por eso, Schott resaltó que la electricidad se genera respetando el medio ambiente.
Las primeras centrales de este tipo se construyeron hace 20 años en California (Estados Unidos) y, según cálculos de la compañía alemana, en 12 años habrá de más de 300 en todo el mundo.
