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Aznar dice que el PSOE 'compra votos' y actúa como un cacique al dar 400 euros

La promesa de Zapatero de entregar 400 euros a los trabajadores y pensionistas que hacen la declaración de la renta desató ayer una vorágine política entre el PSOE y el PP, que se enzarzaron en una guerra económica en la que no faltó nadie. (Foto: EFE)

el 14 sep 2009 / 23:20 h.

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La promesa de Zapatero de entregar 400 euros a los trabajadores y pensionistas que hacen la declaración de la renta desató ayer una vorágine política entre el PSOE y el PP, que se enzarzaron en una guerra económica en la que no faltó nadie, ni el presidente José María Aznar, que consideró que la medida es una "compra de votos".

Aznar acusó ayer al PSOE de recurrir a "viejas prácticas caciquiles" para hacer sus ofertas para las elecciones generales, después de que el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometiera durante un acto preelectoral el pasado domingo a devolver a todos los ciudadanos 400 euros del IRPF si gana los comicios del 9 de marzo. "Quién les iba a decir a los antiguos socialistas que las grandes ofertas las encontrarían en las viejas prácticas caciquiles de Romero Robledo, del conde Romanones, o en la compra de votos", afirmó.

Pero no fue el único. El PP en pleno criticó la propuesta de Zapatero. De hecho, repartió un argumentario entre sus militantes en el que precisa que después de "reprochar" a los españoles que den propinas de un euro, Zapatero "llega con una propina de 400 euros debajo del brazo", y lo presenta como un "regalo de campaña con cargo a los presupuestos".

El portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana o la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, coincidieron en denunciar el carácter "caciquil" de la medida, mientras que su secretario general, Ángel Acebes, consideró que es "una ocurrencia de última hora para salir del charco económico tras cuatro años cruzados de brazos".

Pero las críticas no sólo vinieron del PP, sino también de los nacionalistas. El candidato de CiU a los comicios, Josep Antoni Duran, pidió que no se "estire más el brazo que la manga" con las promesas electorales sobre economía y culpó al ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, y a su "tozudez" de la propuesta formulada por Zapatero. De hecho, CiU se plantea denunciar a la Junta Electoral Central esta promesa por considerar que es una "compra de votos con dinero público".

Mientras tanto, el candidato de ERC al Congreso de los Diputados, Joan Ridao, consideró "poco seria" la propuesta y dedujo que "hay un virus electoral, que provoca subastas fiscales y regalos en forma de cheques". En este sentido, lamentó que Zapatero "se disfrazase de Harry Potter y sacase de la chistera un conejo, que es el del regalo de 400 euros".

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se encargó de defender la apuesta socialista, que calificó de "hiperprogresiva, eficaz y posible". De la Vega señaló que va "al corazón de las familias" y "no puede ser más progresiva", ya que la deducción se hará sobre la cuota y no sobre la base.

Esto supondrá, por ejemplo, que los que contribuyan al impuesto con 400 euros o menos no pagarán nada y la medida les beneficiará al 100%, mientras que los que contribuyan con 4.000 euros verán reducido el pago en un 10%.

El ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, aseguró que el compromiso de Zapatero es "ayudar a reactivar la economía". Ademas, consideró que el compromiso electoral "no es regresivo", ya que es una medida fiscal "que no se aplicará de forma lineal". "Tenemos un superávit de más del 2% del PIB, que hace que se puedan tomar esta medida", aseveró Bermejo.

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