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Azufre y a taparnos la nariz

La basura acumulada en las calles hace que el hedor sea nauseabundo.

el 06 feb 2013 / 21:37 h.

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Un hombre intenta sortear la basura en la calle Teodosio.

La paciencia de los sevillanos no es infinita y la prolongada huelga de los trabajadores del servicio de recogida de basura , Lipasam, está provocando que más de un vecino comience a enfadarse por la situación que se está viviendo en la ciudad.

Pasear por muchos puntos de la capital se hace ya prácticamente imposible por la acumulación de basura y por el mal olor que lo invade todo. "A taparnos otra vez la nariz", avisaban ayer tres señoras que caminaban por una calle Venecia atestada de porquería, tanto junto a los contenedores como en puntos que los vecinos por su cuenta riesgo han decidido que pueden ser un buen lugar donde depositar sus desechos.

Pero aún peor lo tienen vecinos del centro, donde las aceras son muy estrechas y la basura impide transitar por ellas y obliga a salir a la calzada para poder caminar. Esta situación es, sin duda, una molestia para el viandante, pero es una tortura para las personas que viven en esas vías como ocurre en la calle Teodosio, donde se ha dado el caso de vecinos que han tenido graves problemas para acceder a sus casas porque sus portales estaban taponados por los residuos.

Pero esta situación no es nueva en esta calle, aunque sí se ha agravado con la huelga de Lipasam. Vecinos de la misma denuncian que durante todo el año tienen problemas con la basura, "porque hay ciudadanos incívicos que depositan sus desechos a cualquier hora del día e incluso la dejan fuera de los contenedores. La zona hay veces que parece un verdadero vertedero", se quejan.

Este inmenso basurero en el que se ha convertido la capital hispalense está obligando a muchos ciudadanos a poner azufre en las puertas y fachadas de sus viviendas para evitar la "aparición de bichitos".

Y es que darse una vuelta por la ciudad es deprimente. Pocas zonas se libran de la acumulación de basuras, que está causando graves perjuicios a comerciantes y hosteleros que tienen la mala suerte de tener los contenedores junto a sus puertas.

La Gavidia, El Salvador, la calle Cuna, la plaza de San Lorenzo, San Juan de la Palma, La Alameda y así una larga lista de calles y plazas de la zona más turística presentan un aspecto desolador que los turistas no dudan en fotografiar. En estos días de huelga, los visitantes además de hacer instantáneas de la Giralda o de la Torre del Oro también posan junto a los montones de desechos como si fuese un monumento más de la ciudad.

Fundamentalmente los extranjeros no entienden cómo una ciudad famosa por su belleza se encuentre en estos momentos enterrada por montones de basura.

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