La mejor manera de despedir la Semana Santa el Domingo de Resurrección es acudir al encuentro de la hermandad de la Resurrección al salir de la Santa Iglesia Catedral. Allí, sin aglomeraciones pero con un público que arropa a la hermandad tras acabar la dura noche, el Señor que tallara Francisco Buiza se encuentra con el sol para dar la buena nueva de la resurrección.
Para los amantes de las agrupaciones musicales, es el mejor momento para disfrutar de todo un exponente de este estilo como es la Virgen de los Reyes. En Francos sonó Unidos por tu Sangre y a partir de entonces comenzó un recital de marchas entre las que cayeron Alma de Dios, Salud de San Bernardo, Judería Sevillana o Caridad del Guadalquivir. Mientras, los costaleros que comandaban Ernesto Sanguino y Joaquín Rivas avanzaban de manera más que elegante hacia la ilusión de Santa Ángela.
El gran estreno vendría con el paso de palio, que ha cambiado el color de todo el terciopelo de su paso de palio para conseguir una paleta de colores más acorde con la túnica de los nazarenos y conjugar el azul real de las nuevas piezas con el color de un cielo que, pese al frío que acompañaba a la mañana, mostraba un aspecto completamente limpio de nubes.
La Virgen de la Aurora tomó la Alfalfa al son de la alegría de Pasan los Campanilleros para despedirse después de la representación de San Esteban con Reina de San Esteban. Poco antes, Ernesto Sanguino había levantado el paso del Señor por la corporación del Martes Santo, y es que Juan Muñoz Jigato, además de hermano mayor de la Resurrección, es el diputado mayor de gobierno del comisionado que rige a la hermandad de la Puerta de Carmona. En su regreso hacia Santa Marina se vivió un emotivo momento cuando en doña María Coronel se le cantó a la Virgen de la Aurora la sevillana Resucitó en Sevilla. Poco después, la melancolía se apoderó del sevillano cuando, a los sones de todo un himno como Amarguras el último palio desaparecía bajo el dintel de Santa Marina.
