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Bailar, la clave de la felicidad

La biodanza ya ha llegado a Sevilla. Una terapia liberadora para acabar con el pesimismo, amar la vida y aceptarse uno como es.

el 28 abr 2010 / 20:57 h.

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"Yo no creería más que en un dios que supiera bailar", dejó escrito Friedrich Nietzsche en su obra cumbre, Así habló Zarathustra. El que el filósofo muriera loco no le quita un gramo de razón a su metáfora: parece ser que bailar, al menos de determinada forma, da vida, alegría, amor y otros aliños de la felicidad. Los escépticos, que vayan a Triana y asistan a una clase de biodanza para comprobarlo con sus propios ojos y demás partes de su anatomía. Porque allí, al ritmo de música instrumental, melódica, brasileña o incluso de algún que otro éxito de Macaco o Chambao, puede hacer que salten los resortes más oxidados de la alegría de vivir. Eso sí, uno tiene que ponerle ganas y dejarse de timideces, penas y todos esos lastres.

Biodanza o danza de la vida es una técnica creada por el psicólogo y antropólogo chileno Rolando Toro hace cuarenta años. En la web aparece esta definición: "Sistema de crecimiento personal orientado al fortalecimiento de la expresión de las potencialidades humanas a través de la música, ejercicios  en grupo y vivencias integradoras." Chino antiguo. Lo mejor es que acuda al Centro Cívico Las Columnas (calle Pureza 79, Triana) y se ponga en manos de Yolanda Morales. Todos los jueves, a pies descalzos y manos entrelazadas, esta profesora pone en  acción lo que ella llama cinco líneas básicas: vitalidad, creatividad, afectividad y hasta sexualidad. Muy a su pesar, aquí nadie le enseñará a dar el salto del tigre, pero podrá aprender a abrazar, besar, reír a carcajadas, expresar emociones, liberar tensiones, mejorar su calidad de vida y llenarle el depósito a su autoestima.

Dos horas de clase, una vez por semana y por cinco euros (gratis la primera), que comprenden pequeños juegos como el corro de la patata, el del espejo, reverencias, simples movimientos de cuello o charlas en grupo, y "uno aprende a descubrir sus cosas buenas, a compartirlas con los demás y a conectar con el universo", explica Yolanda.
Alumnos como Pedro Luis Ortega, Teresa Sánchez, Lola Pérez o Inés Molano, ya están enganchados a esto de danzar por la vida: "hasta mi familia me dice que estoy últimamente más cariñosa", explica Teresa.

De utilidad:
Qué: Clases de biodanza.
Para qué: Expresar emociones, soltar tensiones, elevar el autoestima, reformar la propia identidad, mejorar
la calidad de vida.
Cómo: A través del movimiento, la
música y el encuentro con uno mismo y en grupo, conectando con la alegría.
Dónde: El próximo martes comienza un nuevo curso en el centro cívico Tejar del Mellizo (Parque de los Príncipes), al que aún puede apuntarse.
Horario: Martes, de 19.30 a 21.30.
Precio: Para este curso en concreto, 20 euros al mes.
Inscripciones: Escribir a Yolanda Morales a la dirección yolanda@vacacionesalternativas. es.
Enlace web: http://vacacionesalternativas.blogspot.com.

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