Sueños de Princesas es el título del espectáculo que Disney On Ice (o sobre hielo, si les parece mejor) trae al Pabellón San Pablo de Sevilla desde mañana hasta el domingo. Seguro que tiene usted una cuñada que lleva a los niños todos los años. Porque esto se ha convertido en una costumbre; una cita fija que los chiquillos acogen alborozados pero también con cierta displicencia igualmente principesca; es la actitud con que se suele recibir todo lo que se da por hecho en esta vida y no aquello con lo que se sueña. Los adultos no se lo pasan peor que los niños: para ellos, Disney era una gozosa excepción cinematográfica dentro de una infancia en blanco y negro cuyo entretenimiento principal eran los dibujitos de Hanna&Barbera. Tenían gracia, desde luego, acuérdense del pato, pero Hanna&Barbera eran a Disney como el surtido Cuétara (que también está muy bueno, no vayan ahora a enfadarse) a una caja de bombones belgas. De modo que mañana se estrena en Sevilla un sueño para todo el que sepa vivirlo, sea cual sea su edad. La pregunta sería: ¿conviene incentivar en los niños la capacidad de soñar, con la que está cayendo? Bueno, tampoco vamos a convertir una previa sobre un espectáculo infantil en un drama calderoniano, pero la pregunta no es ninguna tontería. Ahora lo verán.
Lo primero que hay que decir es que nadie en su sano juicio se perdería una de estas funciones sobre patines. En ellas se escenifican siete historias felices: las de otras tantas famosísimas protagonistas, que son Yasmín, Ariel, Mulán, Blancanieves, Cenicienta, Bella y la Bella Durmiente. Campanilla hace de maestra de ceremonias sobre una pista de hielo en la que cada una de estas muchachas logra alcanzar su sueño. Ése es el argumento común a todos los números. Flaubert, que tampoco es que venga muy a cuento para esta ocasión (a no ser que le pongan su nombre al próximo cangrejo de la factoría Disney) dejó escrito: "Ten cuidado con tus sueños: son la sirena de las almas. Ella canta. Nos llama. La seguimos y jamás retornamos."
Los niños aprenderán a creer que los sueños se cumplen. ¿Tiene razón Flaubert, y hay que evitarlo, o es mejor echarle cuenta a Unamuno? Unamuno se murió el año en que Disney empezó a dibujar La Bella Durmiente, en 1936, así que seguramente no llegó a conocer el apellido más mágico de la historia. Pero aun así, decía: "Cuando se muere alguien que nos sueña, se muere una parte de nosotros." En esta vida leerá usted pocas frases más importantes que ésta. Sobre todo si se empeña no tanto en hacer los sueños realidad como en convertir la realidad en un sueño repleto de gente que se sueñe y se quiera. Soñar es una obra de caridad que se le hace a la realidad. De modo que agarre la cartera y saque las entradas. Para una cosa que de verdad importa en esta vida...
De utilidad:
Horarios:
Jueves: 19.00. Viernes: 19.30. Sábado y domingo: 12, 16 y 19.30 horas.
Promoción: El día del estreno, por la compra de dos entradas regalan otras dos, hasta un máximo de ocho (no incluye sillas de pista).
Dónde comprarlas: En El Corte Inglés o en el teléfono 902 400222.
Precios: Entre 20 y 40 euros, según el asiento.
