Local

Bajo la espada de Tussam

El comité de empresa de Tussam, la compañía que gestiona las líneas de autobuses de Sevilla, obliga otra vez a los ciudadanos a cruzar los dedos ante una huelga anunciada para mañana que podría repetirse durante la segunda fecha más señalada de la ciudad como es la Feria de Abril.

el 15 sep 2009 / 02:17 h.

El comité de empresa de Tussam, la compañía que gestiona las líneas de autobuses de Sevilla, obliga otra vez a los ciudadanos a cruzar los dedos ante una huelga anunciada para mañana que podría repetirse durante la segunda fecha más señalada de la ciudad como es la Feria de Abril. El paro, que comenzará esta noche, no tiene prácticamente ninguna posibilidad de ser suspendido a última hora como sí ocurriera el viernes de Dolores. Y los servicios mínimos, si es que se cumplen y no son boicoteados como hace algunos meses, obligarán a los ciudadanos a esperar en las paradas más de una hora para coger el autobús. Una situación no sólo incómoda sino muy injusta para la ciudad. Porque la justificación confesable del conflicto sigue siendo la petición a la dirección de la empresa de que retire los expedientes disciplinarios abiertos a ocho miembros de la plantilla que fueron sorprendidos in fraganti apedreando vehículos de la empresa durante el paro de hace unos meses. La otra razón actual del conflicto no confesable por los miembros del comité a la plantilla tiene más que ver al parecer con la insólita reclamación a la dirección de Tussam de una minuta especial por asistir a las reuniones de la negociación del problema, que con carencias reales de la plantilla. Y en el trasfondo de todo aparece cada vez con más fuerza la necesidad de los sindicatos de hacer méritos ante las próximas elecciones sindicales de la compañía. Es absolutamente lógico por tanto que los sevillanos no puedan aceptar razones tan discutibles para asumir sin más los gravísimos perjuicios que los paros causarán a la ciudad. Los problemas laborales deben agotar en la mesa las posibilidades de resolución. Y si se acude al legítimo derecho de huelga, en este caso tan dañino para el interés común, los motivos esgrimidos deben estar seriamente fundamentados. En este caso no parece que sea así y seguro que los sevillanos pedirán algún día cuentas por ello. No existe derecho alguno que ampare el hecho de que toda una ciudad sea rehén de un conflicto laboral.

  • 1