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Balada triste de un trompazo

En política hay que tener estilo para todo, incluso para morir como le dicen al PSOE las encuestas.

el 17 feb 2012 / 13:41 h.

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La escena está sacada del inicio de la película Gladiator, en la que el muy hispano Russell Crowe (su Máximo es emeritense) se apresta a la batalla comandando las águilas romanas que luchan en el norte. Entonces aparece un bárbaro, muy germánico él, con la cabeza del pobre al que han mandado a parlamentar, y se suelta una parrafada en su idioma gutural. Romanos, que os den, viene a decir. Ahí un oficial se vuelve a Máximo y le comenta que qué gente más pesada, que ya podían dejarse aplastar sin más, ¿es que no se dan cuenta de que van a ser conquistados? "¿Tú te darías cuenta?", le responde nuestro protagonista, antes de lanzarse espada en mano a domesticar bárbaros.

Una conversación más o menos así se imagina uno que han debido tener en la sala de máquinas del PP. Cambias el águila de las insignias por una gaviota y te sale una situación muy parecida, con las legiones populares dispuestas a someter las últimas tierras de los bárbaros socialistas. Y esos oficiales del PP, con la certeza interior de que van a ganar pero con cara de serios para que no se les note para que no se relaje la tropa, comentando entre ellos vaya la que están liando estos socialistas en Andalucía, ¿acaso no se dan cuenta de que van a ser conquistados?

Pues no, porque un axioma en política es que el enfermo es el último en enterarse de la gravedad de lo suyo. Bueno, saberlo sí lo sabe, pero en estas cosas hay que pelear hasta el final, primero porque no queda bonito rendirse sin más y segundo porque sobre las cenizas de lo que queda tienes que reconstruir tu nueva casa, y no es lo mismo hacerlo con cimientos de bambú que con una base de hormigón.

Y así llevamos un tiempo la mar de entretenidos, con la manada socialista dándose bocados entre ellos mientras el imperio de la gaviota avanza marcial para ocupar las últimas posiciones antes de la batalla final, preparándose para adueñarse de Hispania enterita menos de la tierra de los vascones, que para estas cosas siempre han sido muy suyos.

Tiene uno la sensación de que el PSOE es en estos momentos como uno de esos equipos futboleros diseñados para meterse con holgura en la Liga de Campeones pero que de repente se ven enfrascados en la pelea por no descender. Sí, vale, la plantilla es buena, pero no sabe pelear cuando llegan las duras, es un equipo acostumbrado al algodón de azúcar que de repente se ve metido en el barro, en el que otros se mueven mejor porque es a lo que están acostumbrados.

Entonces, claro, estallan los nervios. El equipo deja de funcionar como tal y cada uno quiere hacer la guerra por su cuenta, peleando por lo suyo, engordando sus estadísticas para quedar más resultón cuando llegue el momento de ver el cuadro completo del desastre. Porque el PSOE andaluz lo que está es haciendo una gestión muy mala de su apocalipsis, apuñalándose los unos a los otros mientras al enemigo, que mira con los ojos como platos, sólo le falta gritar eso de oiga que estamos aquí, echadnos cuenta, ¿no?

Como en la vida en general, también en política hay que intentar tener estilo para todo, incluso para morir. Imagino que los romanos no eran muy conscientes de que se les caía el Imperio a trozos cuando empezó a descomponerse, porque lo normal en estos casos es despertar a la realidad cuando se te ha colado el bárbaro de turno en la salita. Así te levantas un día y resulta que te han conquistado. Aquí los pretorianos socialistas dicen que sí, que al combate, pero mientras tanto siguen maniobrando para arreglar lo suyo y claro, esto como que no queda muy del 15-M. Te suben los impuestos, te hacen una reforma laboral que asusta, te dicen que perdones pero que hasta 2013 no se va a crear empleo y encima la gasolina está en un plan que el coche hasta se echa a llorar. Pues bueno, con semejante cuadro el PSOE lleva semanas diciendo que cierra filas para a los diez minutos volver a abrirlas, más pendiente de sus cosas que de la que está cayendo. Luego dicen que se han alejado de la ciudadanía, que qué ha fallado, pero ya te digo.

Ahora llega el momento de Manuel Gracia, llamado a presidir la gestora que pastoreará al PSOE sevillano. Tras la marcha de José Antonio Viera como secretario provincial y las maniobras de Susana Díaz, la secretaria regional de Organización, a Gracia le toca reimplantar el sentido común en una formación a la que le sienta fatal morirse, que hasta en eso ha perdido las formas. Porque al contrario de lo que le pasaba a nuestro rumboso bárbaro de la película, aquí sí saben que hay muchas opciones de que les conquisten... y por eso se han puesto como se han puesto.

En Twitter: @A_Morente

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