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Ban Ki-moon propone una 'revolución verde' contra el cambio climático

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha propuesto una "revolución verde" para hacer frente al calentamiento global y a la crisis financiera internacional.

el 15 sep 2009 / 19:42 h.

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El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha propuesto una "revolución verde" para hacer frente al calentamiento global y a la crisis financiera internacional, un discurso que ahora deben hacer suyo los países desarrollados.

La "revolución verde" de Ban Ki-moon pretende ser la bandera de enganche para los ministros de todo el mundo, presentes en el tramo final de la Cumbre del Clima de las Naciones Unidas, que se celebra en Poznan (oeste de Polonia), donde deben sentarse las bases para un nuevo acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto a partir de 2012.

Desde Greenpeace valoraron positivamente la intervención del secretario general de la ONU, que consideran "una bocanada de aire fresco", especialmente después de varias jornadas en las que se echaba de menos un mensaje decidido que llamase a la acción.

"Ban Ki-moon ha asumido su papel de empujar el carro en la lucha contra el cambio climático, y eso es bueno", explicó a Efe Gustavo Ampugnami, director de campañas de esta organización ecologista en México.

"La inversión en la lucha contra el cambio climático crea millones de empleos verdes e incentiva el crecimiento verde", dijo Ban Ki-moon en su discurso, quien aseguró que esta "revolución verde" beneficiará "tanto a las naciones ricas como a las pobres" y permitirá también superar la crisis financiera internacional, uno de los principales escollos en la lucha contra el cambio del clima.

Este objetivo es necesario "para responder a la mayor amenaza que se cierne sobre la humanidad", añadió el secretario ejecutivo de la ONU contra el cambio climático, Yvo de Boer, quien se unió a esa propuesta de "revolución verde" como un impulso a la "recuperación económica, que deberá conseguir también un crecimiento verde e inversiones verdes".

Por su parte, Lech Kaczynski, presidente de Polonia, país anfitrión de esta cumbre y donde en los años 80 nació el sindicato anticomunista Solidaridad, confió en que precisamente sea la solidaridad lo que prime sobre la competencia y el enfrentamiento en la lucha contra el cambio climático y la erradicación de la pobreza, dos procesos que, en su opinión, han de ir unidos.

Kaczynski recordó que hoy mismo, a 1.000 kilómetros de Poznan, en Bruselas, los líderes de la Unión Europea (UE) debatirán sobre la lucha contra el cambio climático, "una de las mejores expresiones" de la solidaridad.

La cumbre de Bruselas decidirá el futuro paquete de medidas ambientales de la Unión Europea, un ambicioso proyecto que pretende reducir las emisiones de CO2 en un 20% en 2020, un paso necesario para que Europa siga liderando la batalla para mitigar el calentamiento global. "Estoy absolutamente convencido de que de la lucha contra el calentamiento global saldremos victorioso, pero también estoy absolutamente convencido de que tendremos éxito en la lucha contra la pobreza y lograremos eliminar las grandes diferencias entre ricos y pobres", subrayó el presidente de Polonia, cuyo país está entre los más reacios a suscribir ese plan medioambiental europeo.

Por su parte, la titular española de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, se sumó a las voces que pidieron que la crisis financiera internacional no distorsione las medidas que debe adoptar la Unión Europea para hacer frente al cambio climático.

En un encuentro con periodistas españoles presentes en la Cumbre del Clima de la ONU, la ministra recordó que fue precisamente el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, uno de los que abanderó esa postura en el seno de la UE.

Únicamente los dirigentes de los países que sufren con más crudeza las consecuencias del cambio climático -las pequeñas islas de Oceanía, con Tuvalu a la cabeza, que amenaza con hundirse bajo las aguas si no se frena el calentamiento global- lanzaron hoy un SOS desesperado a los presentes en Poznan, a los que transmitieron la urgencia de adoptar medidas como una cuestión de vida o muerte. "No nos podemos hundir mientras otros subsisten, no debemos hundirnos por culpa de los problemas causados por los países grandes e industrializados", alertó Apisai Ielemia, el primer ministro tuvaluano.

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