La cautela en tiempos de crisis ha marcado los resultados del primer semestre de Banco Popular. Así, la entidad ganó un 34,7% menos hasta junio debido, fundamentalmente, al montante del beneficio destinado a provisiones. La tasa de mora se situó en el 4,39%, el triple que en el mismo periodo de 2008.
El Grupo Banco Popular ha decidido mantener la prudencia durante el primer semestre de 2009 "para estar preparado para los próximos meses y trimestres" y ha optado por destinar a provisiones parte de su beneficio, que se redujo el 34,7% hasta junio, hasta quedar en 442,58 millones.
Así lo explicó ayer el director financiero de la entidad, Jacobo González-Robatto, que añadió que, sin contar dotaciones voluntarias ni ingresos extraordinarios, el beneficio recurrente se habría situado en 540 millones y habría crecido el 8,79% respecto del obtenido un año antes.
La entidad registró una mora del 4,39% entre enero y junio, el triple que el 1,42% del mismo periodo de 2008, con una cobertura del 47,09%, para una cartera de créditos a la clientela de 96.134 millones, que había crecido el 5,5% en comparación interanual.
Según pronosticó González-Robatto, la tasa de mora del Popular no irá mucho más allá en el conjunto del ejercicio, ya que, según sus previsiones, no superará el 5,5%, al tiempo que el beneficio antes de provisiones crecerá este año el 10%. Al parecer, el incremento de la morosidad se está ralentizando, ya que en el segundo trimestre pasaron a considerarse "oficialmente" morosos créditos por valor de 882 millones, casi la mitad de los 1.502 que lo hicieron entre enero y marzo.
Esta ralentización de la mora se produce "en un entorno económico todavía débil, pero con expectativas de mejora", lo que unido a la capacidad de la entidad para generar ingresos recurrentes le permite afrontar el resto del ejercicio con un "prudente optimismo".
Preguntado por posibles adquisiciones de la entidad en Florida (EEUU), donde cuenta ya con el banco Total, González-Robatto señaló que se trata de un "mercado atractivo".
Dentro de España, sin embargo, insistió en que al banco "le va bien" en solitario y con la independencia de la que hace gala desde hace muchísimos años.
