El Gobierno ultima los términos del futuro Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) que regulará las ayudas a las entidades financieras en dificultades -que previsiblemente será aprobado hoy en el Consejo de Ministros- y que tendrá que ser financiado entre un 25% y un 33,3% por los propios bancos y cajas, a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD).
Así consta en los distintos documentos que el Ejecutivo ha remitido a los grupos parlamentarios y al sector, en los que se dan cifras diferentes sobre la aportación de la banca. En el último borrador se señala que las entidades deberán poner una tercera parte de los 9.000 millones del capital inicial del FROB, mientras que las otras dos terceras irían a cargo de fondos públicos procedentes de los recursos no utilizados del Fondo de Adquisición de Activos Financieros.
Sin embargo, en la información que el Ejecutivo facilitó al sector se habla sólo de una aportación del 25% por parte de las entidades a través del FGD, que se nutre de aportaciones de las entidades financieras y actualmente sirve para pagar los depósitos de los clientes en caso de insolvencia de una entidad.
La propuesta de reordenación del sistema financiero español remitida por el Ministerio de Economía y Hacienda contempla la posibilidad de que el Banco de España obligue a emprender procesos de integración a las entidades que reciban dinero público del FROB.
No obstante, antes de llegar a eso, la entidad deberá buscar, en primer lugar, una solución privada que podría ser una fusión; y en segundo lugar, el apoyo del FGD. Este respaldo, que debería ir acompañado de un plan de reestructuración, podría concretarse en tres actuaciones: en reforzar su solvencia, en promover una absorción o en el traspaso total o parcial del negocio.
