Anticipo vía créditos, regalos y dar el mejor servicio son las estrategias de las entidades financieras para, en un año clave para su liquidez, captar una parte del pastel de 1.175 millones de euros de ayudas directas que llegarán al agro andaluz. Son 21 bancos y cajas de ahorros y rurales en liza.
Febrero. Cada año, en este mes da comienzo la campaña de solicitudes de la mayor partida de ayudas europeas al campo -las acogidas al régimen de pago único, que son fijas y se perciben con independencia de la cosecha, y también las que aún varían en función de la producción obtenida-. La tradición indica, asimismo, que bancos y cajas agudicen el ingenio para captar agricultores, toda vez que el ingreso comunitario es seguro y movilizará en Andalucía, de aquí y hasta final de 2009, la muy jugosa cantidad de 1.175 millones de euros, de los que aproximadamente 270 millones corresponden a la provincia de Sevilla.
En un ejercicio de crisis económica y necesidad de obtener recursos, las entidades financieras aguardaban a que se abriera el plazo oficial de la tramitación de subvenciones para lanzar sus campañas de seducción, que se basan en el anticipo -es decir, un crédito a reducido interés por el importe de tales ayudas, con el lógico compromiso de domiciliarlas- y los regalos, y aquí entran desde impermeables hasta guantes, pasando por maletas de viaje, walkie-talkie, abanicos o linternas. Aunque, eso sí, el común denominador es presumir de un servicio ejemplar y ofrecer tranquilidad al agricultor.
Pues el plazo lo acaba de abrir la Consejería andaluza de Agricultura, se inició el pasado 1 de febrero -las demoras en la apertura también suelen ser tradicionales, al igual que los retrasos para las clausuras- y se prolongará hasta el 30 de abril. Después, y según aclaran fuentes del departamento que dirige Martín Soler, habrá otro mes -fecha límite, 31 de mayo- para modificar solicitudes. ¿Cuándo se cobra el dinero? A partir del 1 de diciembre.
La Junta de Andalucía estima que, en el conjunto de la comunidad, serán 290.000 los beneficiarios -pero ha de tenerse en cuenta que cada uno puede acogerse a varias línea de ayudas-, y para este cálculo se basa en los datos de la campaña 2008/09.
En esta última, fueron 286.512 los perceptores andaluces, de los cuales 273.240 solicitaron el pago único -el tipo ya comentado-, pero, además, 182.036 pidieron ayudas al olivar (la parte que aún está vinculada a la cosecha), 45.980 obtuvieron las primas por superficie (también dependientes de la cantidad de producción, en especial en cereales), 22.918 se acogieron a las partidas agroambientales (esto es, las que incentivan prácticas agrarias respetuosas con el entorno natural), 13.089 desembolsos hubo entre productores de frutos secos, 11.201 solicitaron primas para el ganado ovino y caprino, 5.638 algodoneros tuvieron un aporte adicional por recolectar el cultivo y se contabilizaron 3.792 beneficiarios de la subvención añadida para el bovino.
Pero cuidado. Al hacer sus cuentas, el campo debe recordar que para esta campaña, y por mandato de Bruselas, la denominada en la jerga europea modulación -no es otra cosa que un recorte directo de la subvención- sube dos puntos porcentuales, explican en la Consejería. En concreto, pasa del 5 al 7% -es decir, se resta este último porcentaje del dinero al que se tiene derecho- a quienes perciban más de 3.000 euros anuales de las arcas de Bruselas.
Cuando el pago supere los 300.000 euros (afecta a los grandes propietarios de tierras), aflora un incremento adicional de cuatro puntos y, por tanto, el tijeretazo queda en el 11%.
Entre las 40 entidades que colaboran con la Consejería en la tramitación, 21 son del negocio financiero (bancos, cajas de ahorros y cajas rurales), y el resto se reparte entre las organizaciones agrarias y de productores y cooperativas.
Son las cajas andaluzas y la rurales las que tienen mayor protagonismo en la caza de las ayudas, aunque los grandes bancos nacionales (Santander, BBVA, Popular y Banesto), Banco de Andalucía, Barclays -éste, especializado en grandes patrimonios- y La Caixa también entran en la disputa de la tarta, según el listado de la Consejería.
Hay incluso pequeñas cajas rurales, muy vinculadas a los municipios donde se asientan, que tienen en la campaña de la PAC una de sus principales actividades.
