Su repleta agenda de trabajo, que incluye a Woody Allen, Broadway, Dalí y Steven Soderbergh, evidencia el saber hacer de Antonio Banderas, quien controla a la perfección los entresijos de Hollywood: "Tras 20 años en una industria tan difícil, ahora mismo me desenvuelvo sin ansiedades", asegura a Efe.
Es el mejor embajador posible del cine español, trabajador incansable y agradecido que ha sabido adaptarse a la idiosincrasia de la industria estadounidense. Como en su día hizo, con 19 años de edad, al llegar a Madrid desde su Málaga natal.
El suyo ha sido un largo camino cimentado por la solidez de cineastas como Pedro Almodóvar, Alan Parker, Martin Campbell o Robert Rodríguez, que ahora le lleva a ponerse a las órdenes Woody Allen. Con el cineasta neoyorquino ha rodado You will meet a tall dark stranger, que llegará a las pantallas en otoño y en la que comparte cartel con Anthony Hopkins y Naomi Watts.
"Woody Allen es una leyenda. Se moría de la risa cuando le contaba que en 1984 yo llevaba una camiseta con su cara", explica el actor, quien asegura que ha cambiado radicalmente el concepto que tenía del director de Manhattan. "Me habían dado otra imagen de él, pero descubrí que era una persona extremadamente dulce. Se comporta con el actor con una lógica aplastante".
Si Penélope Cruz obtuvo su Oscar por su trabajo con el Allen en Vicky Cristina Barcelona, por qué no pensar que el malagueño pueda lograr su primera candidatura a la estatuilla dorada. "Imposible -pronostica-. Un actor reconoce de inmediato cuando su personaje tiene potencial para ganar premios, y el que hago en esta película es muy esporádico, muy al servicio del filme".
Otra colaboración pequeña, pero sustanciosa, es la que hace con Steven Soderbergh, director que conseguirá lo que no ha logrado ninguno de sus compatriotas: que Banderas viaje a España para rodar como actor.
Llegará a Barcelona a finales de mes para participar en Knock Out, el nuevo proyecto del responsable de Ocean's eleven o Traffic.
Pero el papel con el que lleva años lidiando es el de Salvador Dalí. "Es un proyecto muy caro para no tratarse de una película de acción -valora-; un presupuesto de 32 millones de dólares es muy alto para una película que trata de un pintor, pero se va a rodar". Aunque en un principio no se veía en el papel del genio de Figueras, el británico Simon West le convenció tras obligarle a hacer una prueba de cámara.
Ahora se muestra emocionado con la idea. "Es uno de los mejores guiones que ha caído en mis manos en toda mi carrera profesional", y le parece un acierto que la cinta "se haya planteado con la misma esencia surrealista que los cuadros de Dalí".
¿Y para cuando el reencuentro con Almodóvar? "Pedro sabe que siempre estoy ahí. Volver a rodar con él siempre es posible. Depende de él, respeto sus tiempos y estoy a la espera", confiesa.
A su regreso a Los Ángeles, Banderas se concentrará en su labor como productor y trabajará en la candidatura al Oscar del cortometraje La dama y la muerte, del granadino Javier Recio, tras el que se encuentra su empresa Green Moon.
Es en esta faceta en la que Banderas demuestra haber entendido a la perfección el juego de Hollywood, y ya anuncia que moverá sus hilos para que su protegido llegue a recoger el ansiado premio de la Academia de Cine estadounidense.
Además, aplicará los conocimientos adquiridos tras dar voz al Gato con Botas en el cine y se encargará de la dirección de voces de Goleor, el próximo largometraje de animación de su productora y con técnicas de 3-D.
En cuanto a los musicales, que tan bien se le dan, iniciará pronto los ensayos de Zorba, basado en la novela de Kazantzakis.