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Barack Obama

Al escribir este artículo se conocen los resultados de las elecciones primarias celebradas en los Estados de Texas, Ohio, Rhode Island y Vermont. La senadora Clinton ha ganado en tres de estos Estados y el senador Obama en uno.

el 15 sep 2009 / 01:21 h.

Al escribir este artículo se conocen los resultados de las elecciones primarias celebradas en los Estados de Texas, Ohio, Rhode Island y Vermont. La senadora Clinton ha ganado en tres de estos Estados y el senador Obama en uno. La ventaja en delegados electos sigue siendo favorable a Obama en unos 100.

La carrera hacia la Casa Blanca en el bando demócrata no ha terminado. Es necesario poner de manifiesto la fiesta que para la democracia supone las elecciones primarias en EEUU. Sana envidia sentimos cuando comparamos los distintos procesos electorales. Las primarias son un ejemplo de democracia participativa y deliberativa. Obama, además, las ha impulsado hacia cotas sorprendentes de participación y popularidad con la incorporación de ciudadanos que hasta ahora no lo habían hecho.

Hay que resaltar dos aspectos del fenómeno Obama: uno de forma, otro de fondo. Con el primero ha cambiado el estilo y la forma de hacer política. El candidato demócrata está regenerando la política norteamericana: la participación de la población es muy alta, los donantes de fondos se cuentan por millones, los jóvenes están entusiasmados y participan en política, el debate es de una intensidad no conocida. Obama supone otro modo de hacer política en EEUU y esto es un gran intangible que marca una nueva etapa. Gane quien gane, la democracia estadounidense ha rejuvenecido con esta campaña.

El fondo de su discurso y propuestas, merecen atención. Clinton partía con una ventaja de 30 puntos sobre Obama. El pronóstico era sencillo: Clinton barrerá en el campo demócrata y no ha ocurrido. El discurso de Obama es integrador, no se ha olvidado de ninguna política. Tiene ideas claras en política internacional. Es un candidato preparado (no un principiante como lo ha presentado su opositora). Su discurso es sencillo, ágil, comprensivo y cercano a los problemas de la población. Y aquí radica su fuerza vital y arrolladora que lo ha llevado a ganar, hasta ahora, en delegados electos y en número de Estados. Gracias y suerte al candidato en este final de campaña.

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