Barcelona y Atlético de Madrid afrontan mañana la primera prueba de la temporada, la ida de la tercera ronda preliminar de la Liga de Campeones, ante el Wisla polaco y el Schalke 04 alemán. Barça y Atlético se juegan gran parte de la campaña en agosto, porque ésta quedará marcada por su participación o ausencia de la máxima competición europea.
No hay excusas en el caso del Barcelona, en principio muy superior al Wisla y avalado por la buena imagen que ha dado en pretemporada, en la que Guardiola no sólo ha mostrado un atractivo esquema de juego, sino que ha conseguido reintegrar a jugadores que, como el camerunés Eto'o, no entraban en los planes del club. El Barcelona precisa un buen resultado en el Camp Nou para viajar sin dudas a Cracovia.
Más complicado lo tiene el Atlético, porque el Schalke es un buen equipo en busca de buenos resultados. El club de la Cuenca del Ruhr lleva años tratando de convertir en realidad las grandes expectativas que despierta, porque, en la Bundesliga, acostumbra a morir en la orilla.
Tercero en el pasado campeonato alemán, el Schalke ha fichado a un entrenador holandés, Fred Rutten, que se ha traído de su país a Engelaar, uno de los mejores centrocampistas de la pasada Eurocopa, y al peruano Jefferson Farfán, ex PSV.
Ha fichado, además, al veterano Zé Roberto, lo que unido a jugadores como el meta Manuel Neuer, el defensa brasileño Marcelo Bordón o los delanteros Halil Altintop, Kevin Kuranyi y Gerald Asamoah configuran una potente plantilla. En el moderno Veltins Arena de Gelsenkirchen, el Atlético deberá demostrar si es un equipo de "Champions".
Hay más ilustres obligados a pasar por este peaje en agosto. El Liverpool viaja a Lieja para enfrentarse al Standard, campeón belga hace dos temporadas, el Arsenal a Holanda para jugar contra el Twente y la Juventus recibe al Artmedia eslovaco. Además, Valverde debuta con el Olympiacos, frente al Anorthosis chipriota. El Fenerbahce de Luis Aragonés tiene un complicado desplazamiento a Belgrado, donde le espera el Partizán.
