Cultura

Barenboim vuelve a Sevilla con la afición muy dividida

Las subvenciones al proyecto pacifista y musical están cada vez más cuestionadas por la crisis.

el 30 jul 2011 / 21:02 h.

Daniel Barenboim dirigiendo a la Orquesta del Diván en Sevilla.

Antes de marchar a Corea, Austria, Suiza y Alemania, la Orquesta del Diván que dirige Daniel Barenboim al amparo de la Fundación que lleva su nombre y que avala económicamente (alrededor de 2,4 millones de euros) la Junta de Andalucía, ofrecerá esta noche -21.00 horas- un concierto en el Teatro de la Maestranza con obras ya escuchadas esta misma temporada, las Sinfonías Número 1 y Número 5 de Beethoven y el añadido del Adagio de la Décima Sinfonía del austriaco Gustav Mahler.

El hecho de que resten numerosas localidades por vender es el claro reflejo de un proyecto con un largo recorrido que no ha cumplido sus expectativas y cuya dependencia presupuestaria del erario público es cuestionada, más aún teniendo en cuenta el escaso calado que supone su establecimiento en la ciudad.

Si a esta circunstancia se le añade el descabezamiento de la Orquesta Joven de Andalucía en los pasados meses aduciendo la crisis no parece que la Fundación Barenboim-Said pase por su mejor momento mediático. En lo puramente musical, el maestro argentino-israelí cosecha por igual adhesiones inquebrantables e indiferencia magnánima de quienes no aprecian su personal manera de afrontar las piezas del repertorio, a las que no duda en barnizar con un excesivo personalismo ajeno a la partitura.

Se esté a favor o en contra, el director dará buenas razones esta noche para reafirmarse en una postura u otra tras atender las versiones que interpretará la juvenil Orquesta del Diván, integrada por los alumnos participantes en este master subvencionado y provenientes de países árabes, también de Israel y España (nueve andaluces).

En lo que concierne al futuro de la Fundación se cierne la sombra de la duda por cuanto que el PP de Andalucía ya ha expresado con nitidez su voluntad de no apoyar el proyecto de ganar las próximas elecciones autonómicas.

Así las cosas, la cita de hoy, que no reviste sorpresa alguna en su hiperpopular programa, puede erigirse, o no, en el punto y final del affaire de Barenboim con una tierra que ha hecho realidad el caro antojo de su Fundación.

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