La reprimenda del PSOE al presidente de Castilla-La Mancha por su llamada a hacer una remodelación en el Gobierno no ha intimidado a José María Barreda. El dirigente socialista se reafirmó ayer en su postura al manifestar que todo el mundo debe tener "muy claro" su lealtad con el Gobierno de España.
"Quiero que sepan mis paisanos que el Gobierno de España y José Luis Rodríguez Zapatero contarán siempre con mi lealtad y, por tanto, con mi sinceridad", subrayó el jefe del Ejecutivo castellano-manchego. El martes, Barreda apostó por una "remodelación importante del Gobierno" cuando termine la presidencia europea y un Gabinete "más reducido" para "combatir aquello que preocupa a los ciudadanos".
El PSOE, como era de esperar, no comparte la opinión del presidente regional y así se lo han hecho saber. Ayer, fuentes de la dirección socialista, en declaraciones a Efe, recriminaron a Barreda que no aprovechara la reunión del Comité Federal socialista de la semana pasada para manifestar ese criterio y que, en cambio, optara por utilizar los medios de comunicación. Un comportamiento que algunas fuentes socialistas juzgan que puede estar condicionado por la proximidad de las elecciones autonómicas en mayo de 2011.
Las mismas fuentes hicieron hincapié en la defensa del derecho a la libertad de opinión, pero también dejaron claro que el partido dispone de los mecanismos necesarios para que cualquiera de sus miembros traslade sus comentarios. Y precisamente el Comité Federal del sábado, señalaron las fuentes, era el foro idóneo para que Barreda hubiera transmitido sus opiniones.
Reproches. Junto a la reacción oficial del PSOE a las declaraciones de Barreda, llegó ayer un aluvión de reprobaciones por parte de los barones socialistas. Así, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, recordó que cualquier decisión sobre cambios en el Gobierno de la nación sólo es responsabilidad del jefe del Ejecutivo.
Por su parte, el presidente de la Generalitat, José Montilla, consideró que Barreda debe respetar las prerrogativas de Zapatero, ya que sólo él tiene competencias para transformar su gabinete. "No me gustaría que nadie me dijera cuándo debo hacer cambios en el Gobierno", concluyó Montilla.
Desde Madrid, el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves -durante 20 años presidente de la Junta de Andalucía- opinó simplemente que este tipo de debates "no sirven absolutamente para nada".
En la misma línea, el Gobierno asturiano observó que Barreda "no ha estado oportuno", mientras que el consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares, dijo que no cree que "sea el momento" de abordar una reforma en el Gobierno. Para el PP, sin embargo, el debate abierto fue un arma más contra Zapatero. La portavoz popular, Soraya Sáenz de Santamaría, consideró que "el problema de liderazgo" del jefe del Ejecutivo español está "haciendo mella en todo el PSOE".