La UE necesita una voz unitaria que se posicione sobre la decisión de la provincia de Kosovo de proclamar su independencia de forma unilateral. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, instó a los gobiernos de la UE a alcanzar una postura común sobre el conflicto, que considera un "problema europeo" sobre el que tanto EEUU como Rusia ya se han formado una opinión muy definida.
"Kosovo está en Europa por lo que sería difícil explicar que los países de la UE no sean capaces de ponerse de acuerdo" en el caso, prácticamente seguro, de que Belgrado y Pristina sigan manteniendo posturas irreconciliables hasta el 10 de diciembre, plazo tope para la resolución dialogada del conflicto territorial.
Los países de la UE se comprometieron en septiembre a buscar unidos una solución al estatuto de Kosovo, una cuestión que consideran clave para la credibilidad exterior de la UE y para la estabilidad de la región de los Balcanes.
Economía. Mientras, Kosovo se prepara para lanzarse a nuevos mercados regionales y así romper los vínculos económicos con Serbia, país del que forma parte desde hace casi un siglo. Amenazadas por el embargo económico que las autoridades serbias impondrá en caso de independencia, las empresas de esa provincia de mayoría albanesa están buscando nuevos clientes para la venta de sus productos en Albania y otros países de la región de Los Balcanes.