Alfio Basile presentó su dimisión como seleccionador argentino abatido por la apatía y la falta de respuesta de los jugadores en circunstancias adversas y agobiado por las críticas. "No sabíamos a qué jugábamos", dijo Messi tras perder el miércoles en Chile, dentro de las eliminatorias mundialistas, frase que, según sus allegados, aceleró su determinación.
En el ciclo que comenzó tras el Mundial de Alemania 2006 y el rechazo de José Pekerman a la oferta de renovar, el equipo de Basile disputó 28 partidos, de los que ganó 14, empató 8 y perdió 6; marcó 45 goles y encajó 25. Si la lucha por las cuatro plazas directas y una repesca para Sudáfrica hubiera terminado, estaría clasificado (tercero) tras Paraguay y Brasil. Los números no condenan a Basile, pero para una selección plagada de estrellas cuatro empates y una derrota en los seis partidos oficiales jugados en 2008 son un problema.
Sergio Batista, campeón olímpico 2008, Simeone, técnico de River, Miguel Ángel Russo, entrenador de San Lorenzo, y hasta Maradona, que dice estar "a total disposición", son los principales candidatos a ocupar el cargo.
