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Batalla en el centro de El Cairo

Tres muertos y cientos de heridos en el enfrentamiento entre partidarios y detractores de Mubarak.

el 02 feb 2011 / 18:41 h.

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Un herido es asistido en la plaza Tahrir de El Cairo.

Las (hasta ahora) pacíficas protestas en Egipto se tornaron ayer en una batalla campal. Al menos tres personas murieron y más de 600 resultaron heridas en los enfrentamientos ocurridos ayer en El Cairo entre partidarios y detractores del presidente egipcio, Hosni Mubarak, según dijo el ministro de Sanidad, Ahmed Farid, a la televisión estatal. El anuncio del veterano líder de que no se presentará a la reelección en las elecciones del próximo otoño no logró apaciguar los ánimos.

El ministro de Sanidad explicó que uno de los fallecidos es un soldado que se cayó desde un puente y que la mayoría de los heridos, entre ellos cuatro periodistas catalanes, fueron golpeados con piedras. Farid aclaró que ninguna de las víctimas presentaba heridas de bala.

Los defensores de Mubarak atacaron a los manifestantes opositores con látigos, piedras, palos, cócteles molotov; mientras que los detractores del presidente respondieron igualmente con piedras y otros objetos, en unos combates que convirtieron El Cairo en una zona de guerra en la que apenas se dispone de informaciones oficiales.

Hasta la plaza Tahrir, epicentro de las protestas contra el régimen, se desplazaron también personas montadas a caballo o incluso en camello para golpear a los allí presentes, en una amalgama en la que se hacía imposible distinguir de qué parte estaban quienes atacaban o respondían a estos ataques.
Los manifestantes anti Mubarak denunciaron que en los ataques participaron policías vestidos de paisano, algo que el Gobierno negó.

Uno de los manifestantes opositores, de nombre Azza, indicó a la BBC que había muchos heridos "cubiertos de sangre" y que algunas personas lanzaban "piedras muy, muy grandes". Algunos manifestantes incluso se subieron a azoteas de edificios para atacar desde arriba a las personas que se congregaban en las calles. E incluso varios cócteles molotov impactaron en el recinto del Museo Egipcio, situado en uno de los extremos de la plaza Tahrir. Según una de sus corresponsales de Al Arabiya, las fuerzas de seguridad están empleando cañones de agua para dispersar a los manifestantes.

Entretanto, el Ejército egipcio optó por no intervenir y, aunque se llegó a decir que los militares habían disparado al aire para evitar enfrentamientos, la propia institución negó posteriormente este punto. De hecho, el Ejército pidió por la mañana a los manifestantes que siguen reclamando la salida del presidente que "vuelvan a sus hogares". "Vosotros comenzasteis esto saliendo a la calle a expresar vuestras demandas y vosotros sois los únicos capaces de restaurar la normalidad", señaló un portavoz militar. "Vuestro mensaje ha sido recibido (...), vuestras demandas son conocidas", añadió, asegurando que el Ejército "está aquí para proteger al país por vosotros". "No por el poder, sino por amor a Egipto (...), es hora de volver a la normalidad", insistió.

Un baño de sangre. El líder opositor Mohamed El Baradei acusó al Gobierno de utilizar "tácticas de amedrentamiento" y denunció que los enfrentamientos entre los manifestantes de la oposición y los "matones" del presidente demuestran el carácter "criminal" del régimen de Mubarak. "Estoy extremadamente preocupado, esto puede ser otro síntoma de los actos criminales de un régimen criminal", declaró El Baradei a BBC Radio. "Mi temor es que esto se convierta en una sangría", añadió el dirigente opositor.
La coalición opositora de la que forman parte entre otros los Hermanos Musulmanes y el El Baradei hizo un llamamiento a continuar las protestas y dejó claro que sólo negociará con el vicepresidente, Omar Suleiman, cuando el presidente dimita. "Llamamos a todas las personas a que sigan protestando en la plaza Tahrir y pedimos a todo el mundo que participe en el Viernes de la Partida, para marchar desde todas las provincias en Egipto a la plaza Tahrir de El Cairo, la Asamblea del Pueblo y la sede de la televisión", animó la coalición opositora a través de su portavoz, Mustafá Naggar.

Mientras tanto, la comunidad internacional continúa presionando al líder egipcio para que dimita. Así, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, reiteró ayer el llamamiento que el martes lanzó el presidente de EEUU, Barack Obama: "La hora de la transición ha llegado y es ahora". a añadió que "una transición debe incluir a la oposición". También la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, defendió la necesidad de que haya un cambio de régimen en Egipto tras constatar que "los sistemas políticos" de la región "han llegado a un punto de no retorno".


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