El BBVA mejoró ayer ligeramente las expectativas económicas para el tercer trimestre de este año y señaló que no se observan indicios de una recaída significativa del PIB, que podría registrar un crecimiento de entre una y dos décimas en comparación con el periodo comprendido entre abril y junio.
Así consta en el último Observatorio Económico del servicio de estudios del BBVA, que señala que esta mejoría se produce a pesar de la subida del IVA, de la reducción de salarios públicos, del recorte de las inversiones en infraestructuras públicas y de las mayores tensiones financieras, que en un principio parecía que podían afectar más negativamente a la economía.
La entidad presidida por Francisco González prevé que, "de continuar septiembre con las tendencias de julio y agosto, el tercer trimestre podría acabar con una tasa de crecimiento intertrimestral del PIB similar a la de los dos trimestres precedentes", del 0,1% y 0,2%, respectivamente.
El informe relaciona esa mejora con dos aspectos concretos como son un comportamiento mejor de lo esperado de la actividad de la Eurozona y una relajación parcial de las tensiones financieras en los mercados internacionales y de su percepción de riesgo sobre la economía española. Aun así, sobre este aspecto, admite que los problemas financieros europeos todavía siguen generando incertidumbres.
Además, indica que aunque las matriculaciones de turismos, así como las ventas minoristas y la producción industrial de bienes de consumo duradero y de equipo parecen mostrar que se han resentido por el aumento del IVA, puede que el ajuste no haya sido suficiente como para afectar al empleo, al ser su evolución parecida a la que había registrado el trimestre anterior.
Según el BBVA, las expectativas de contratación para los próximos meses indican que el empleo no registrará un deterioro adicional como consecuencia del proceso de consolidación fiscal o de la incertidumbre sobre la recuperación económica.
Los datos de julio y agosto señalan que las cifras de destrucción de empleo permanecen estabilizadas en el entorno de las 20.000 personas.
En este sentido, asegura que las expectativas de empleo continúan estancadas en el sector servicios, mientras que estima que el mayor dinamismo en la industria compensará la caída prevista en la construcción.
Por ello, subraya que el comportamiento del empleo, junto con los datos de confianza de los consumidores y de las empresas, que también son mejores de lo esperado, provocan que el BBVA mejore sus previsiones.
Asimismo, vaticina que las importaciones estarán en línea con la evolución de la demanda interna, mientras que las exportaciones mantendrán su dinamismo debido a la buena marcha de Europa, con lo que pronostica que el sector exterior aumentará su contribución al crecimiento de la economía.
El BBVA incide en la necesidad de una aplicación rigurosa de las medidas de ajuste fiscal para garantizar el equilibrio presupuestario y constata que la recuperación de los ingresos y las iniciativas del Gobierno, entre las que "ya se nota la disminución de los salarios de los empleados públicos", han permitido una reducción del déficit estatal hasta el 7,6% en julio.
