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Becas low cost

El cierre de curso deja un dato: se han dado más becas a personas con necesidades pero de cuantías que no han superado los 500 euros.

el 08 jul 2014 / 11:00 h.

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Grupo de estudiantes preparándose exámenes en la biblioteca de la Facultad de Económicas. / Antonio Acedo Grupo de estudiantes preparándose exámenes en la biblioteca de la Facultad de Económicas. / Antonio Acedo El ministro de Educación, José Ignacio Wert, comprometió su palabra en el Congreso de los Diputados al afirmar que este curso ha habido más becarios. Con la comunidad universitaria clamando en los despachos y en las calles contra los recortes del Gobierno en una materia tan sensible como las ayudas al estudio, máxime en un momento económico especialmente difícil para una parte importante de las familias españolas, la contundencia de Wert terminó por soliviantar aún más los ánimos. El cierre del curso no deja, sin embargo, mucho lugar a la interpretación. La Universidad de Sevilla, una de las primeras instituciones académicas de España en cuanto a número de alumnos (con más de 60.000), ya tiene una radiografía casi exacta del efecto de la política de becas del PP en su alumnado. La vicerrectora de Estudiantes, Pastora Revuelta, explica en una entrevista con este periódico, que en el curso 2013/2014 han sido 7.345 los becarios del umbral 1, es decir, aquellos cuyas familias tienen una renta anual de poco más de 14.000 euros en caso de que los miembros de las mismas sean cuatro. Esto significan que han sido 800 más que en el curso anterior. Pero, ¿han sido idénticas a las de 2012/2013 las cuantías que han percibido estos estudiantes? Los datos hablan: el curso pasado fueron 2.036 los becarios que recibieron ayudas superiores a los 6.000 euros. En 2013/2014, no ha habido ni uno solo. La cuantía más alta que han percibido ha sido de 4.500 euros. Dicho de otra manera, el recorte en estas ayudas ha sido de 1.500 euros de media. ¿Dónde han subido pues las becas? Según el informe encargado por la vicerrectora de Estudiantes a sus servicios técnicos, el mayor incremento hay que buscarlo en las ayudas a estudiantes con rentas del umbral 1 pero que solo cubren o residencia o comedor o desplazamiento. No superan los 500 euros en cualquier caso, explicita Pastora Revuelta. En este apartado, de los 135 estudiantes que las percibieron el curso pasado, se ha pasado en el actual a 1.444. En resumen: los datos a junio de 2014 son los que siguen: en la Universidad de Sevilla se han registrado 29.062 solicitudes de becas. Han tenido el visto bueno del ministerio 16.848, un 57,97 por ciento del total frente al 53,38 por ciento de 2012/2013. Han sido denegadas 11.954 peticiones, un 41,13 por ciento frente al 46,34 por ciento del curso pasado. Es cierto, como dijo el ministro Wert, que se ha concedido más becas. Lo que no aclaró el titular de Educación es que esas becas han sido low cost. La partida disponible se ha desmenuzado para sostener esa afirmación y se ha hecho cuando la economía de las familias está en la UCI.   ACTUACIÓN Pastora Revuelta llegó al vicerrectorado hace escasamente cinco meses, tras la marcha por motivos personales de la anterior responsable, Julia de la Fuente. El rector Antonio Ramírez de Arellano repite que su acción de gobierno va encaminada a tener en cuenta a las personas. ¿Ha hecho la Universidad todo lo humanamente posible para que los estudiantes con dificultades económicas hayan seguido sus carreras? «Seguimos analizando caso a caso», responde Revuelta a la pregunta de este periódico. «Todas las reuniones que mantenemos con los afectados se hacen con un técnico delante.No se trata solo de recibir y escuchar, sino de dar opciones. Y aunque somos personas, las normas hay que respetarlas, desde la flexibilidad, pero respetarlas. Ahora, todo no es de color de rosa. Hay casos en los que hay que decir que no. Y ahí se te queda muy mal cuerpo». La vicerrectora tiene encima de la mesa 700 casos de impago, 700 casos que no sabe si todos se deben a una situación económica sobrevenida o a que el alumnado ha decidido dejar de estudiar por otro motivo. Ante estas situaciones, sin embargo, la actitud de la Universidad, según el vicerrectorado competente, está siendo siempre la misma: aplazamiento y estudio del caso por una trabajadora social para conocer exactamente la situación.

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