El endurecimiento de las condiciones para convertirse en becario del Ministerio de Educación ha llevado a las universidades sevillanas y a los pueblos de la provincia a idear fórmulas con las que poder amortiguar su (negativo) impacto a los más de 70.000 estudiantes universitarios con los que cuenta Sevilla. Pese a las telarañas que cuelgan en los municipios sevillanos (donde hasta tres pueblos han solicitado ya el rescate del Gobierno) y con los graves problemas de tesorería denunciados ya desde hace meses por las universidades (sólo a la Universidad de Sevilla se le debía antes del verano 190 millones de euros), lo cierto es que, cada día, políticos y cargos académicos abren sus despachos con una cola de padres y madres en la puerta pidiendo una salida económica que permita a sus hijos seguir estudiando una carrera. Suena dramático pero se ajusta a la realidad, subrayan los unos y los otros.
En esta ocasión, el comienzo de curso (23 de septiembre), ya de por sí siempre complicado, va a ser una auténtica prueba de fuego y de resistencia. Prueba de fuego porque servirá para medir la capacidad de respuesta de un sistema universitario asaeteado desde el franco económico y político (el Gobierno no oculta su intención de reducir a la mínima expresión la autonomía universitaria).
La economía familiar está famélica desde hace ya demasiados años acumulados de crisis. Ayer mismo, el Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) justificó el asalto a un centro comercial para llevarse material escolar con una cifra: 400.000 familias andaluzas no reciben ningún tipo de ayuda. En Sevilla, se sobrepasó por primera vez la cifra de los 100.000 hogares con todos sus miembros en paro, según la Encuesta de Población Activa (EPA) del pasado mes de julio.
Con este contexto, cabría preguntarse pues cuántos ajustes más pueden resistir las familias. De todos los realizados por el Gobierno de Rajoy desde que éste aterrizó en Moncloa en 2011, el infringido por el ministro popular por el partido, no por lo que dicen de él precisamente las encuestas José Ignacio Wert ocupa el top ten. Bastan los números para confirmarlo: 700 estudiantes expulsados de la Universidad Pablo de Olavide por no poder pagar la matrícula; otros 2.500 en la Universidad de Sevilla que no abonaron el segundo pago y, por tanto, pueden perder la matrícula; 1.200 estudiantes de nuevo ingreso a los que el modelo de becas excluye; 5.000 que se juegan la ayuda del año pasado si no consiguen demostrar en octubre que han aprobado el 50% del curso...
A continuación, desgranamos los cambios en la beca del Ministerio de Educación y recapitulamos cuáles son las ayudas que se han articulado, y que están disponibles, desde las diferentes administraciones con el fin de evitar que miles de alumnos se queden a las puertas.
Beca del ministerio // Por primera vez en democracia, la beca para estudiar en la Universidad no será un derecho sino una lotería. En esta rifa en la que se convertirán las ayudas tendrán pocas papeletas de salir premiadas aquellas personas que, aún cumpliendo los requisitos económicos, no tengan más de un 6,5 de nota media (los que tengan un 5,5 solo tendrán acceso a la matrícula gratuita). Un seis ya es para el ministro Wert signo de mediocridad y, por tanto, motivo para ser expulsado del sistema de becas. La Universidad defiende altivamente Wert es para los mejores, para los excelentes. El PP, habilmente, introduce en el debate la excelencia como argumento para validar su política, en un momento de crisis donde se analiza con lupa de alta precisión dónde va a parar cada céntimo de euro. No estamos para gastar 4.000 millones en estudiantes que dejan la carrera a medias, ha llegado a decir Wert en una de sus comparecencia. Verdad a medias, desde luego, porque, según los datos de la Universidad de Sevilla, casi el 90% de los créditos matriculados lo son por primera vez.
Con el nuevo modelo de beca general, el estudiante no sabrá hasta bien entrado el curso (nunca antes de febrero) cuál es la cantidad total que percibirá. Las becas generales cubren la matrícula y se dividen en dos bloques: uno con una cantidad fija de hasta 1.500 euros y otra variable, con idéntico tope, en la que se tendrán en cuenta los rendimientos académicos y la disponibilidad presupuestaria del Gobierno. Esto significa que el Estado, por primera vez, pone un muro de contención infranqueable a la partida de becas. Se presupuesta un dinero para tal fin y ni un euro más. Hasta ahora, el Gobierno, si tenía una demanda que superaba su presupuesto, la asumía sin más.
Ayudas de la junta // Estas ayudas saldrán poco antes de que esté cerrada la convocatoria de las becas generales del ministerio, calcula el Vicerrectorado de Estudiantes de la Universidad de Sevilla, que ratifica que este curso también se darán siempre y cuando la Junta no ponga reparos presupuestarios (y las cuentas de 2014 no parece que vayan a ser las de la abundancia precisamente). Según recoge el texto de la convocatoria del curso pasado, considerando las necesidades económicas del colectivo de estudiantes que, siendo su renta familiar baja, no han tenido derecho a concesión de la beca general del ministerio, se convocaron, en el caso de la Hispalense, 1.325 ayudas entre los 520 y los 750 euros.
Universidad de sevilla // El Rectorado ha anunciado un plan propio de ayudas al estudio dotado con algo más de dos millones de euros con el que la Universidad quiere facilitar las cosas a los estudiantes. En realidad, no se tratatá de más ayudas sino de concentrarlas todas en una aplicación informática de forma que el alumno sepa dónde recurrir en el momento en el que vea que tiene dificultades para seguir pagando sus estudios. Dicha aplicación informática, según fuentes del Rectorado, no estará operativa hasta el próximo curso. Mientras tanto, la Universidad de Sevilla dispone de ayudas sociales extraordinarias con las que los alumnos en precaria situación ecónomica pueden disponer de hasta 1.500 euros. A estas ayudas se le suman los bonos de comedor (este curso se repartirán un centenar). También dispone de ayudas de residencia. En 2012/2013 se concedieron 202 ayudas con importes de 800 euros cada una.
La vicerrectora de Estudiantes, Julia de la Fuente, recuerda que la Universidad disponde de los Consejos de Curso. En estos momentos, seis centros lo tienen en funcionamiento. Fue en su momento un mecanismo muy polémico. Básicamente, el Consejo de Curso analiza los casos de estudiantes que reclaman una subida de sus notas. En algunos casos, del suspenso al aprobado. De la Fuente entiende que puede ser un buen instrumento para aquellos alumnos que, en situaciones muy concretas, se puedan quedar sin beca por no tener la nota necesaria.
Pablo de olavide // Para el próximo curso, la Universidad concederá ayudas para estudiar en el servicio de idiomas. Según se recoge en el texto de la convocatoria, se otorgarán tantas ayudas como resulte de calcular el 50% al número de aumnos matriculados en el servicio de idiomas de la Universidad en el curso 2013/2014.
El curso pasado, la Olavide, en colaboración con la Junta de Andalucía, reservó 15.000 euros para poder ayudar a los alumnos con dificultades económicas y que tuvieran que abonar terceras o cuartas matrículas. Para este próximo curso, aún no se sabe cuáles son los planes de la Universidad. También en 2012/2013, la Olavide contó con una partida presupuestaria de 8.650 euros para bonos de comedor. Las ayudas sufragaban el 50% del coste del menú, según el pliego de condiciones aprobado y colgado en la web de la Universidad.
Los pueblos // La Diputación de Sevilla ha reservado 30.000 euros (cantidad que puede verse incrementada) para que las universidades sevillanas puedan ayudar a estudiantes que se queden sin beca y tengan dificultades económicas. Osuna y Olivares han sido de los primeros en anunciar partidas presupuestarias para sus vecinos estudiantes con dificultades.
