El belén municipal de Los Palacios y Villafranca ardió completamente tras prender el fuego entre las 4.10 y las 4.17 horas de la madrugada del día de Navidad, según las primeras pesquisas policiales adelantadas a este periódico por el jefe de Bomberos, Fidel Báez, quien tiene puestas sus esperanzas, como el alcalde, Juan Manuel Valle (IP-IU), y como todo el pueblo, en que las cámaras de seguridad de distintos comercios y bancos de la plaza de España conserven imágenes del supuesto incendiario. O que algún testigo aún mudo sea decisivo para el esclarecimiento del caso, para lo que el primer edil sigue apelando a la colaboración ciudadana.
Porque para el gobierno municipal y para el sentir general del pueblo no es posible que el fuego del nacimiento, en plena Nochebuena lluviosa, fuese fortuito, como concluyó la Guardia Civil que sí fue el del Archivo Municipal hace tres meses, por culpa de un cortocircuito en un aparato de aire acondicionado en mal estado. Que un ayuntamiento, cientos de contenedores de basura y, ahora, el belén municipal sean devorados por las llamas fortuitamente es difícil de digerir para una ciudadanía hastiada por la agria penumbra del rifirrafe político que parece sobrevolarlo todo, o por las gamberradas impunes bajo la sombra del anonimato.
El viernes, mientras el concejal de Seguridad Ciudadana, Manuel Begines, interponía la correspondiente denuncia en el cuartel de la Guardia Civil y la imaginación popular hilvanaba los posibles castigos que merecería el supuesto culpable, los belenistas de la asociación Sagrada Familia ya se habían organizado y recogido el guante del concejal de Fiestas, José Antonio González, de sustituir en tiempo récord el nacimiento que había sido pasto de las llamas. Ayer, el nuevo belén estaba listo para las visitas, pero no en el mismo sitio de la plaza de España, sino bajo techo y bajo llave en la Casa de la Cultura.
El nuevo belén ha sido construido por varios belenistas de la asociación que preside Antonio Pérez Casero, Sagrada Familia, que no podía permitir que unos desalmados nos dejaran sin belén municipal, que era y es de todos. En sólo un día, la asociación, que integra en Los Palacios a una treintena de aficionados que incluso han llegado a organizar cursos sobre montaje de nacimientos, ha aportado materiales de distintos misterios para hacer uno solo, el símbolo navideño de que la unión hace la fuerza; la fuerza del civismo frente a la barbarie, de la colaboración frente a la confusión, de la construcción frente al fuego destructor, de las noches de paz frente a las madrugadas de guerra.
Precisamente el Nacimiento calcinado en la plaza era obra de Pérez Casero, que tiene montados varios belenes en el pueblo y en Sevilla y que durante las primeras horas de la fatídica noticia no encontraba palabras para describir su consternación. Ayer, sin embargo, sonreía de felicidad por haberle ganado la batalla a quienes planearan dejar al pueblo que carece de visibles adornos navideños por la deuda municipal de más de 100 millones de euros sin el icono fundamental y público de la Navidad.
Los palaciegos se dividen ahora entre quienes creen que realmente se le ha ganado la batalla al incendiario y quienes opinan que, montando el nuevo belén en un recinto cerrado, se le ha dado por ganador, como si se temiera una nueva fechoría. El secretario de la asociación Sagrada Familia, José Antonio Gallardo, explicaba ayer que hubiese sido imposible montar en tan poco tiempo un nuevo nacimiento en la plaza, con materiales acondicionados al aire libre. En cualquier caso, los belenistas opinan que el belén del año próximo necesitaría o bien vigilancia continua o bien un horario regulado tras el cual se ocultura al público, y a los delincuentes.
El alcalde se congratulaba de la predisposición de quienes han colaborado con el Ayuntamiento para montar un nuevo belén en la Casa de la Cultura, contribuyendo a ofrecer la imagen real de un buen pueblo como Los Palacios y Villafranca, muy diferente a la que algunos han pretendido mostrar con sus actos o comentarios desafortunados.
El nuevo belén municipal ocupa unos cuatro metros cuadrados a la entrada de la Casa de la Cultura y luce figuras de unos 25 centímetros situadas en la recreación de un pueblo tradicional caracterizado por la torre más emblemática de Los Palacios y Villafranca, la de la parroquia mayor de Santa María la Blanca. Para muchos palaciegos, visitar el belén este fin de año se ha convertido en un gesto más de coraje cívico que de devoción piadosa.
