Desmontar la cubierta de uralita, subir en altura los pilares de la iglesia y techarla de nuevo. La hermandad del Dulce Nombre de Bellavista se ha propuesto dignificar el templo parroquial en el que radica, en el número 20 de la calle Caldereros de este barrio sevillano. Y no sólo ya porque la dificultosa salida a la calle de la cofradía obligue a sus organizadores a hacer cada Viernes de Dolores verdaderos encajes de bolillos, con el cuerpo de nazarenos recorriendo en fila india por un estrecho embudo uno de los costeros del paso de misterio para alcanzar la puerta. El motivo principal que ha llevado a la junta de gobierno de esta corporación de vísperas a embarcarse en un proyecto de varios meses de obras es mucho más mundano: las enormes variaciones de temperatura que se producen en su interior.
El hermano mayor de la corporación. Alfonso Lozano, le pone voz a este problema. El techo de la parroquia es de uralita, por lo que más parece una nave que otra cosa. Y ello provoca que los feligreses que acuden a la iglesia sufran un frío enorme en invierno y un calor sofocante en verano con temperaturas de casi 50 grados en los meses de estío y de cuatro grados o menos en invierno. Estas oscilaciones de temperatura también han provocado efectos perniciosos sobre las imágenes titulares de la corporación: Las dos o tres veces que Luis Álvarez Duarte (autor de la dolorosa titular de la parroquia) ha tenido que tocar el rostro de la Virgen ha sido porque la mascarilla se estaba despegando con los cambios tan bruscos de temperatura, apunta el hermano mayor.
El deseo de la hermandad es que las obras en la parroquia del Dulce Nombre, fundada en 1968, puedan dar comienzo a la finalización de la Semana Santa y que se prolonguen hasta el mes de septiembre, empresa para la que la junta de gobierno solicitará a Palacio un año de prórroga, una vez obtenido el respaldo del cabildo general a esta prolongación de su mandato.
En la actualidad, la única nave de la iglesia es un rectángulo perfecto, aunque su techo, de uralita, está a poco más de dos metros del suelo. De ahí que los pasos de la hermandad se dispongan el día de la salida procesional de forma perpendicular en el estrecho pasillo que, a modo de atrio cubierto, une la nave principal con la puerta del templo.
La hermandad aprovechará estas obras para recrecer los pilares de la nave central y situarlos a una altura similar a la del pasillo donde en la actualidad se disponen los pasos, homogeneizando la cota de todas las estancias parroquiales. Ello permitirá una mejor organización de la cofradía, de manera que los dos pasos de Bellavista en el futuro estarán albergados uno al lado del otro en el interior del templo.
Según explica el hermano mayor, se trata de una obra compleja y sencilla a la vez, cuya inversión rondará los 100.000 euros. Para su desarrollo se han programado dos fases, de manera que no sea necesaria la clausura del templo durante las obras. Después de Semana Santa comenzaríamos con la demolición parcial de la cubierta y luego se abordaría el resto en una segunda fase. En cualquier caso, si fuera necesario en algún momento trasladar la parroquia a otro sitio, Alfonso Lozano asegura que se ha previsto que ese lugar sea la propia casa de hermandad de la cofradía, situada en la misma calle a escasos 150 metros del templo.
