Los vecinos de Bellavista parecen cansados de esperar que las autoridades solucionen algunos de sus problemas más acuciantes, y han decidido pasar a la acción. Esta misma semana han iniciado gestiones, y prometen pasar en breve a las movilizaciones, con el objeto de tratar la situación en la cual se encuentra el apeadero de tren de su barriada, que no puede ser utilizado por personas con discapacidad ni aquellas que llevan carrito de niño pequeño lo cual, subrayan, contraviene diferentes normativas europeas y nacionales, ya que desde su inicio el ascensor que permite salvar las barreras arquitectónicas nunca ha funcionado.
«Cuando Renfe-ADIF construyó el apeadero, tenía que haber tenido en cuenta la normativa comunitaria, y poner en marcha el elevador que, a día de hoy, nunca hemos visto en marcha», lamenta Antonio Andrades, presidente de la Asociación de Vecinos Unidad, de Bellavista. «Es verdad que hasta ahora no se había planteado como exigencia por nuestra parte en los términos en los que estamos haciéndolo ahora, pero el tren de Cercanías lleva diez años funcionando y todavía siguen sin tenerse en cuenta las barreras arquitectónicas», agrega el representante vecinal.
La protesta ha sido elevada a raíz de las reiteradas quejas de usuarios de la línea ferroviaria, en especial personas con discapacidad y padres con carritos de bebé, que sufren las incomodidades lógicas derivadas de un ascensor pendiente de inauguración efectiva. «Es cierto que, por suerte, no son muchísimos los vecinos que padecen limitaciones físicas o tienen hijos pequeños, pero los que hay tienen totalmente imposibilitado el acceso para tomar el tren a Sevilla. Puede que el ascensor no sea necesario para un 90% del vecindario, pero el resto no puede ser discriminado».
«Si viene alguien a Bellavista no hay problema, porque baja al nivel de la salida. Pero al revés, de Bellavista hacia fuera, no puedes hacerlo sin usar una escalera», explican los usuarios. Con el objeto de hacer oír sus reivindicaciones, la asociación vecinal ha solicitado una reunión con Julián Fernández Muriana, gerente de la Gerencia de Cercanías - ADIF, y ayer, jueves 13, elevaron una propuesta a la Junta Municipal del Distrito Bellavista-La Palmera, donde instan a ADIF a que resuelva esta situación con la mayor brevedad posible.
Antonio Andrades explica también que el alcalde de la ciudad, el popular Juan Ignacio Zoido, se interesó por la situación del apeadero de Bellavista en campaña. «Incluso una de las cosas que propuso fue arreglar la situación, pero después de tres años de gobierno todavía no lo ha resuelto. El PP asegura que están haciendo gestiones, pero la urgencia de la situación nos obliga a enfatizar nuestra reclamación. Queremos que el Ayuntamiento se implique», dice.
No obstante, tanto Andrades como los usuarios a los que representa esperan que la solución esté a la vuelta de la esquina, pues nadie concibe que una instalación tan costosa pueda permanecer «muerta de risa», soldada y encadenada, y sin ejercer su correspondiente uso cotidiano.
Pero también se muestran dispuestos a «elevar el nivel de exigencia y la intensidad de nuestra propuesta» si se hacen oídos sordos a una más que razonable petición. Eso sí, no especifican en qué modo se producirá ese refuerzo de sus quejas, y se limitan a decir que «en caso de que la respuesta no sea positiva, nos reservamos el derecho a adoptar otras medidas, que pueden ir de la recogida de firmas a otro tipo de movilizaciones».
Lo único seguro, según Antonio Andrades, es que «no nos vamos a quedar cruzados de brazos, pero esperamos que haya un compromiso de resolver esta cuestión más temprano que tarde», dice el presidente de los vecinos, a quien no le consta «que haya una situación similar en otros apeaderos de Sevilla o Dos Hermanas», concluye.
