-Menuda irrupción has tenido en el primer equipo. ¿En una nube o con los pies en el suelo?
-Por ahora con los pies en el suelo y a seguir trabajando para seguir teniendo minutos.
-O sea, que no te lo crees.
-No, no, no. No hay ningún problema, yo no me creo nada.
-Quién te iba a decir que estarías así, ¿no?
-Nadie, no me lo imaginaba ni yo. Soy el primer sorprendido.
-¿Tienes ya mentalidad de profesional o de filial?
-Yo más que nada soy jugador del filial. A cada entrenamiento salgo como si fuera el último para seguir contando para el míster. Trabajar y trabajar, no tengo más.
-Fuiste el único de los canteranos que hay en el primer equipo que no fue a la pretemporada. ¿Qué tal te sentó?
-Lo entendí. Yo era el nuevo y ya había un bloque que estuvo con el primer equipo, volvió abajo y subió en la pretemporada. Yo no, pero la oportunidad ha llegado antes de lo que creía.
-El pueblo estará como loco contigo, ¿no?
-Bueno, no te creas. Algunos se enteran y otros no se enteran.
-¿Y tus padres?
-Tampoco. No son de hablar mucho, son tranquilitos.
-¿Te dolió dejar el Athletic?
-Algo me imaginaba cuando me cedieron al Conquense. Después de un año fuera, lo asumes, la verdad. Si estás en el Athletic y de repente te dicen que no cuentan contigo, igual es un golpe más duro. Al irte cedido lo vas asimilando, aunque me costó.
-¿El Athletic queda como una asignatura pendiente?
-Puede ser, pero tampoco pierdo el tiempo pensando en eso.
-Se te ve tranquilo, pero en el debut estarías nervioso, ¿no?
-En el campo intento disimularlo. Donde de verdad estoy nervioso es antes, en el vestuario y en el autobús. Cuando vas a salir, ya no hay vuelta atrás.
-Y además te has ganado muchos elogios del míster... ¿Qué tal te sientan? ¿Los ves, los lees?
-Yo oigo y veo, pero no entro en conclusiones ni nada. Incluso a veces ni oigo ni veo, me siento como extraño, no me gusta, ahí soy un poco timidillo.
-Pues parece que la timidez desaparece en el campo.
-En el verde intento ser uno más, no soy tímido ni nada. Fuera del campo respeto a todos y yo en mi sitio, callado y ya está.
-En Elche se le vio hasta con jerarquía, por ejemplo al pedir y lanzar la falta del 0-2.
-De los que tiran faltas sólo estaba Emana y le pedí por favor que me dejara. Y me dijo que sí, que me concentrara y lanzara.
-¿Tienes algún referente?
-Me gustan muchos jugadores pero no tengo uno específico que diga ‘uf'. Cuando entré de chico en el Athletic, el modelo era Julen Guerrero, pero luego ves más fútbol y te gustan más jugadores.
-Su estilo, salvando las distancias, es tipo Xavi o Iniesta.
-(ríe)... No me fijo, sólo intento hacer las cosas fáciles. Las comparaciones no van conmigo.
-Tu contrato expira en junio. ¿Quieres seguir en el Betis?
-Sí, aquí estoy muy a gusto, encantado. A ver si llegamos a un acuerdo bueno para los dos.
-¿Te gustaría tener ficha profesional ya o no te inquieta?
-No me obsesiona. Sólo pienso en entrenar.
-Y querrá ser titular ya, ¿no?
-¡Buf! Bastante contento estoy ya como para pensar en eso.
-Por cierto, ¿has empezado a firmar autógrafos?
-De momento paso un poco desapercibido. Por la calle no me paran, aunque alguno he firmado en la ciudad deportiva. Son los primeros de mi carrera y me siento un poco extraño, la verdad.
-Está claro que Mel no necesita hablar contigo para que no te lo creas...
-No le hará falta. Puede hablarme de otras cosas, pero de esa no. Por mi forma de ser no será un problema.
-Eres frío hasta en los goles.
-Es que no estoy acostumbrado a marcar goles y no sé ni cómo celebrarlos.