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Benedicto XVI defiende el papel de la religión en la vida pública

Un Papa visita la Abadía anglicana de Westminster por primera vez en la historia .

el 17 sep 2010 / 20:40 h.

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El Papa fue recibido en Westminster Hall por los ex ‘premier’ Gordon Brown, Tony Blair, John Major y Margaret Thatcher.

El Papa tuvo ayer su día más político de su visita al Reino Unido y no desaprovechó la oportunidad para afirmar que la religión "no es un problema" que los legisladores deban solucionar, sino un factor que contribuye al debate nacional, al tiempo que denunció los intentos que existen para "silenciarla".

Ante unas 2.000 personas reunidas en Westminster Hall, donde fue condenado a muerte Tomás Moro en 1535 por no abjurar de su fe católica, Benedicto XVI señaló que el mundo de la razón y el de la fe se necesitan y que no deberían tener miedo de entablar un diálogo profundo y continuo.

"La religión no es un problema que los legisladores deban solucionar, sino una contribución vital al debate nacional", dijo al auditorio, entre el que estaban los ex primeros ministros británicos, Margaret Thatcher, John Major, Tony Blair y Gordon Brown.

El Papa expresó, desde ese punto de vista, su preocupación por la "creciente marginación" de la religión, especialmente la cristiana, en algunas partes del mundo, incluso, dijo, en naciones que otorgan un gran énfasis a la tolerancia. "Hay algunos que desean que la voz de la religión se silencie, o al menos que se relegue a la esfera meramente privada. Hay quienes esgrimen que la celebración pública de fiestas como la Navidad deberían suprimirse según la discutible convicción de que ésta ofende a los miembros de otras religiones o de ninguna", denunció.

El Papa Ratzinger criticó asimismo que se pretenda que los políticos cristianos actúen contra su conciencia, lo que consideró "signos preocupantes de un fracaso no sólo de los derechos de los creyentes en la libertad religiosa, sino también del legítimo papel de la religión en la vida pública".

Más tarde, Benedicto XVI pisó por primera vez el más importante templo del anglicanismo, la londinense Abadía de Westminster. Acompañado del arzobispo de Canterbury y primado de la Iglesia anglicana, Rowan Williams, y otros arzobispos anglicanos, Benedicto XVI participó en una ceremonia ecuménica en el monumental templo donde fueron coronados la mayoría de los monarcas ingleses desde 1066, incluido Enrique VIII, el rey que rompió con el Vaticano y se proclamó cabeza de la Iglesia de Inglaterra. "Vengo como peregrino de Roma para rezar ante la tumba del rey san Eduardo el confesor y unirme a vosotros para implorar el regalo de la unidad entre los cristianos", dijo el Papa a unas 2.000 personas.

Libertad religiosa. Posteriormente, ante 200 dirigentes de otras religiones, el Papa pidió libertad para que todas las personas puedan practicar la propia religión y participar en actos públicos de culto "sin sufrir ostracismo o persecución". La reunión se celebró en el colegio universitario St. Mary's University College, de Londres, donde Benedicto XVI recordó que desde el Concilio Vaticano II la Iglesia ha puesto gran énfasis en la importancia del diálogo y la colaboración entre las religiones.

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