Economía

Berlín y París piden retirar ayudas de la UE a países con déficit excesivo

Merkel y Sarkozy plantean suspender los fondos estructurales y de cohesión a los Estados que no controlen sus desequilibrios.

el 17 ago 2011 / 15:44 h.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy y la canciller alemana, Angela Merkel.

Alemania y Francia han tratado de coger las riendas de la Eurozona y enderezar el rumbo del euro planteando una nueva gobernanza económica con limitaciones en los techos de gasto de los países miembros para evitar crisis de deuda como las que azotan continuamente a varios Estados. Sin embargo, los líderes de ambos países consideran que ese esfuerzo tiene que ser real, por lo que proponen como sanción para los países que incumplan las recomendaciones sobre el déficit público que dejen de recibir los fondos estructurales y de cohesión. Se trata de las ayudas que da la UE para promover el desarrollo y la cohesión económica y social y atemperar las diferencias de riqueza entre regiones, por ejemplo, en materia de infraestructuras. Y España es uno de los países que más dinero recibe.

En una misiva al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, el presidente francés Nicolas Sarkozy y la canciller alemana Angela Merkel han propuesto que a partir del próximo marco presupuestario plurianual comunitario, es decir desde 2014, se puedan "suspender" los fondos estructurales y de cohesión de los países socios que incumplan las recomendaciones de Bruselas para cumplir con los objetivos del Pacto de Estabilidad.

Es una de las propuestas que han lanzado para contribuir a reforzar el gobierno económico de la Zona Euro y reforzar la consolidación presupuestaria de sus socios. Sarkozy y Merkel defienden que estos fondos contribuyan "a apoyar las reformas indispensables destinadas a mejorar el crecimiento económico y la competitividad de la Zona Euro" pero insisten en que a la vez "deben contemplar mejorar la competitividad y la reducción de los desequilibrios en los Estados a los que se dirigen recomendaciones por desequilibrios excesivos".

Asimismo, consideran que las ayudas no utilizadas por los países sujetos a un programa de consolidación fiscal "podrán reunirse en un fondo para el crecimiento y la competitividad que será gestionado a nivel europeo por la Comisión". En este caso, ésta "deberá automáticamente proceder a un control para vigilar que los fondos estructurales y de cohesión apoyan de forma óptima el programa de ajuste macroeconómico" y deberá participar también en la selección de los proyectos, un proceso en el que el comisario de Asuntos Económicos y Financieros deberá jugar "un papel decisivo".

A cambio de esta mayor flexibilidad en el uso de los fondos europeos, consideran que "en el futuro" dichos fondos "deberán ser suspendidos en los países que no cumplen las recomendaciones por déficit excesivo". Además, como avanzaron el martes, ambos mandatarios trasladaron a Van Rompuy su deseo de que los Estados miembros incluyan "de aquí al verano de 2012 una regla de equilibrio presupuestario en su legislación nacional", en principio "de nivel equivalente" a la Constitución.

"La regla debe poner en marcha los objetivos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y garantizar que cada Estado presenta lo antes posible un presupuesto equilibrado. Asegurará también una reducción sostenible del nivel de deuda en el caso de superar el nivel de referencia (60% del PIB)", subrayaron.

Asimismo, pidieron que "de aquí a finales de 2011" aquellos países cuya deuda lo sobrepase presenten "un plan de reducción de su deuda" y precisen "cómo van a tener en cuenta el impacto del envejecimiento de la población en la sostenibilidad de la deuda a largo plazo".

"Todos los Estados sin tardar deben confirmar su determinación de poner en marcha rápidamente las recomendaciones europeas para consolidar el presupuesto y las reformas estructurales, fundamentalmente en materia de mercado laboral, competencia en sector de servicios y políticas de jubilación" y deberán ajustar sus presupuestos "en consecuencia".

Sarkozy y Merkel abogaron por avanzar en la coordinación de las políticas fiscales para apoyar la consolidación presupuestaria y, por ello, invitaron a las 17 economías que comparten el euro a "implicarse para culminar una negociación para una base imponible común del Impuesto de Sociedades antes de final de 2012".

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