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Berlusconi compara el estado de los supervivientes con un día de camping

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, volvió ayer a ser el centro de la polémica al aconsejar a los supervivientes del terremoto que asoló el país que se tomen su situación "como un fin de semana de camping". Muchos de ellos lo han perdido todo, y aún así son afortunados frente a los 272 cadáveres contabilizados ya.

el 16 sep 2009 / 01:07 h.

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El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, volvió ayer a ser el centro de la polémica al aconsejar a los supervivientes del terremoto que asoló el país que se tomen su situación "como un fin de semana de camping". Muchos de ellos lo han perdido todo, y aún así son afortunados frente a los 272 cadáveres contabilizados ya.

Las escalofriantes declaraciones las efectuó ayer el primer ministro italiano precisamente en su visita a la zona cero del desastre, en respuesta a una pregunta de una reportera de la televisión alemana RTL.

"Están bien aquí [los damnificados], reciben un magnífico apoyo y amabilidad por parte de nuestros equipos de salvamento. No les falta de nada, tienen medicamentos y alimentos, comida caliente, un techo que les da cobijo. Por supuesto todo esto es absolutamente provisional y, por eso, hay que tomarlo como una semana de camping". Éstas fueron sus palabras textuales. La enésima ocurrencia, sólo que esta vez con el rescate de los cuerpos del terremoto de los Abruzzos todavía en marcha.

De hecho, como explica la agencia Efe desde la ciudad más devastada, la universitaria L'Aquila, los equipos de desescombro continúan trabajando y ayer por la tarde habían contabilizado 272 cadáveres, 16 de ellos niños. Seis están sin identificar. Y la tierra sigue registrando réplicas del seísmo que el día 6, Lunes Santo, tiñó de luto el corazón de Italia.

Estas réplicas del terremoto han alcanzado los 5,3 grados en la escala Richter (el seísmo fue de 5,8 grados) mantienen en vilo a los 28.000 italianos que han perdido sus casas. El Gobierno del país transalpino ha reubicado en más de 150 hoteles a 10.000 de ellos, mientras que el resto pernocta en 31 campamentos con casi 3.000 tiendas de campaña y 24 cocinas, aunque algunos supervivientes se tienen que conformar con sus coches o con amigos y familiares de zonas no afectadas.

Además las bajas temperaturas (hasta cuatro grados centígrados) que se registran por la noche han reducido prácticamente a cero las esperanzas de encontrar nuevos supervivientes, aunque los buscan un operativo de 2.000 bomberos, 1.500 militares, 2.000 policías y carabineros y 3.000 voluntarios.

El primer ministro italiano, que facilitó todas estas cifras ayer en su tercera visita a la región devastada, anunció asimismo una inversión de 16 millones de euros para reconstruir de forma inmediata la residencia universitaria de la ciudad de L'Aquila, entre cuyos escombros aparecieron el martes los cuerpos de cuatro estudiantes desaparecidos.

Los funerales de Estado por las víctimas mortales están previstos para el viernes. El Consejo de Ministros italiano declarará una jornada de luto oficial los próximos días, explicó el ministro de Relaciones con el Parlamento, Elio Vito. Asimismo, cada senador aportará a título personal mil euros para ayuda a los damnificados. Incluso tres senadores vitalicios aportarán íntegro el sueldo de este mes. En el reverso, la Policía ha detenido a dos supuestos saqueadores con 80.000 euros.

Más allá de las declaraciones oficiales, L'Aquila sigue siendo una ciudad fantasma en la que sólo trabajan los servicios de rescate. En el nuevo hospital San Salvatore, la pediatra Claudia Coloritti expresó a la agencia Efe el malestar de los médicos por la baja calidad de la construcción del edificio, dañado e inservible: los heridos son atendidos en un pequeño hospital de campaña.

El papa irá a la zona devastada. La conmoción por la tragedia del terremoto ha llegado también al Vaticano: el Papa Benedicto XVI anunció ayer que visitará la región de los Abruzzos "apenas sea posible". Además de expresar que reza por "difuntos y supervivientes", el Sumo Pontífice añadió: "El Papa desea decir que comparte la pena y preocupaciones de sus queridos hijos".

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